El super Racing, candidato natural por la calidad de los jugadores con los que cuenta, puso primera en el campeonato ganando con lo justo. Apretadísimo triunfo sobre un All Boys que había dejado mejores sensaciones desde el manejo de la pelota y las oportunidades creadas en la primera parte. No construyó la victoria por la magia que promete el recién llegado Giovani Moreno, quien ni siquiera jugó porque no pagaron su pase a tiempo; ni por los pincelazos que se esperan, pero que no se vieron en el debut, de Toranzo; o los todavía ausentes goles de Lugüercio y Bieler. El principal sostén del cuadro de Avellaneda fueron las manos de su nuevo arquero Carlos Fernández -atajó por la lesión de De Olivera-, cuando All Boys, guiado por un ex académico y encendido Grazzini, amenazaba con aguarle la presentación.
El Albo, en su regreso a la máxima categoría, puso en aprietos al dueño de casa. Lo presionó y exigió a Fernández, a través de un manejo ordenado de la pelota y a pesar de atacar con Matos como único punta definido. Pagó con la derrota no haber podido resolver las situaciones, perdió peso en la segunda parte y el gol de Aveldaño resultó el peor castigo. Racing, que terminó aguantando con uno menos por la expulsión de Yacob, se llevó el triunfo por esa pelota parada usufructuada, pero se lleva mucha tarea para realizar, especialmente en lo referido a la elaboración de juego.
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