Les confieso que ando arrebatada con Joan Herrera. Que le vamos a hacer. Me hallo rendida a sus encantos.
Pena es que a pesar de ser la blogosfera un amplificador nato, mi ídolo no se entere de este arrebatamiento que tengo.
Incluso, me gusta tanto que a pesar de ser una atea convencida, he puesto velas a San Imposible para que gane las elecciones catalanas.
Ustedes pensarán que ahora lo hago público, tan sólo influida por la "cultura de la ceja" que ha abandonado al centrista Zapatero, para escorarse a la izquierda, apoyando a mi ídolo Herrera, con el manifiesto "Si yo viviera en Cataluña votaría a Joan Herrera" . Pues no. Yo estaba arrebolada antes que ellos.
Me gusta por muchos motivos. Buen parlamentario. Digno. Contundente. Directo. Eficiente. Solidario. Nada prepotente.
Proclama unos supuestos de izquierdas, ya casi infrecuentes.
Me gusta su apuesta por un federalismo serio y estructurado.
Me gusta su postura con el medio ambiente. Su apuesta por las energías renovables.
Gracias al traductor Google, porque lamentablemente no se catalán, he podido leer el programa de ICV. Eso sí, con grandes dosis de paciencia para poderlo copiar, pegar y traducir. Al final me ha compensado porque es un documento importante. Al menos los epígrafes en los que me he detenido.
El programa es contundente y creible y lo es porque Joan Herrera ha consolidado una imagen de político coherente y serio. Algunos de sus postulados los comparto plenamente.
El programa que proponen implica un cambio cultural de fondo, con nuevos hábitos de consumo y nuevos estilos de vida. Donde la economía debe estar al servicio de las personas, no al contrario. Una economía vinculada al medio ambiente y a la atención de las personas. Un modelo socialmente justo y ecológicamente sostenible.
Intenta además desmontar el discurso oficial que tanto confunde a la opinión pública, ya que esta oficialidad se basa en la "imprescindibilidad" de las normas adoptadas como única solución posible para salir de la crisis. Falso. Totalmente falso.
En fin, quién lo desee puede leerlo en su integridad. Todas las elecciones las sigo con interés. Sin embargo, creo que lo que ocurra en Cataluña es importante. Muy importante para el resto de España.
Ojalá yo también pudiera votarle. Desde Madrid le deseo todos los éxitos.
¿Creen ustedes que se enterará de mi arrebato? ¿Alguién podría decírselo? Soy tan tímida.