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“El documental exige mucho trabajo de investigación” definió Nicolás Steiner el domingo pasado, tras la primera proyección de Above and below en el 17º BAFICI y antes de contar que fue su tesis de graduación el documental seleccionado para competir en la sección oficial internacional del festival. Coherente con sus dichos, el realizador suizo se tomó más de un año para rastrear a los entrevistados y convencerlos de que accedieran a ser filmados. El resultado es este retrato descorazonador de los Estados Unidos en particular, y acaso de nuestra civilización occidental en general.
Al otro extremo de la entrañable ¡Vivan las antípodas! que Víctor Kossakovsky presentó cuatro años atrás en el 26º Festival de Mar del Plata, el film de Steiner pinta un arriba y un abajo desoladores, sin lugar para la noción de cielo a modo de esperanza o consuelo religiosos.
A lo sumo, el arriba es un proyecto de salvación con miras al traslado del ser humano a Marte. El fantasma de Ray Bradbury merodea entre las declaraciones de April, geóloga miembro del equipo de la NASA que actualmente se entrena en Utah a la espera de que la ciencia se declare lista para empezar a colonizar el planeta rojo.