Arroz al horno de mi querida Macu Lo que llamó mi atención fue la TÉCNICA de hacerlo en el horno. Y es lo que quería hoy compartir. Igual tú ya la conocías y hasta la practicas habitualmente, pero puede que haya alguien, que ande todavía sin saber lo que se está perdiendo, como me pasaba a mí. Cuando lo hice por primera vez, fue una gran sorpresa el resultado, porque queda perfecto {ya sabemos que los Valencianos no se andan con tonterías a la hora del punto de cocción} En fin, que es un chollo, porque no tenemos que vigilarlo, cuidarlo, darle vuelta . . . na-da.
Pienso que éste método es insuperable, ya que haces un arroz de Olé cualquier día en casa, y te luces a base de bien cuando tienes invitados. Tardas exactamente una hora en tenerlo listo, que suele ser el mismo tiempo en que van llegando los rezagados, tomáis unos entrantes y os echáis unas cuantas risas. Sobre todo me parece estupendo, porque así tú también puedes estar disfrutando tranquilamente, mientras el arroz se va haciendo solito. Por supuesto cada uno que lo acomode a su gusto, yo lo hice con bastante verdura porque me pierde; y le añadí una pequeña cantidad de lomo de cerdo, por contentar a mi madre y uno de mis hijos, que son carnívoros hasta decir basta.
- Ponemos el aceite en una olla a calentar a fuego vivo.
- Añadimos las verduras troceadas para sofrito: judias verdes, zanahoria, guisantes, cebolla y pimiento.
- Agregamos la sal.
- Dejaremos el fuego fuerte, y moveremos de vez en cuando.
- En este paso suelo añadirle también una bolsa de aceitunas verdes deshuesadas, pero se me olvidó, quedan deliciosas en el arroz.
- Removemos bien para que quede mezclado.
- También añadimos el vino blanco.
- El líquido, siempre será el doble de la medida del arroz. Fueron siete de caldo y uno de vino.
- Probamos el caldo y rectificamos de sal si hace falta.
- Lo llevamos al horno, tapado con papel de aluminio, 180º durante 45 minutos.
- Ya está listo para servir.
El mío con un buen chorretón de limón ¿y tú?
Eso es todo por hoy ¿a que es fácil? y muy rico. Acuérdate de hacer el arroz así la próxima vez, sin moverlo ni cuidarlo ni ná de ná y te vas a rechupetear todos los dedos.
. . . . no quedó ni un granito en el plato . . .
Hasta la próxima entrada, ya sabes, sé feliz o al menos inténtalo.