Lo prometido es deuda, así que aquí estamos de vuelta para traeros el segundo robo blogueril que hemos cometido para cerrar la 5ª temporada del Asaltablogs.
Como os comenté en la entrada anterior, Encarnita, del blog El paraíso de los golosos, consiguió ser la ladronzuela más despiadada de todos junto con Belén, de El toque de Belén, ya que ambas empataron en puntos. Y como a todos los asaltantes nos encanta robar recetas a diestro y siniestro, decidimos llevarnos una de cada blog.
Creo que Encarnita no pudo ponerle un nombre mejor a su blog porque, aunque también tiene recetas saladas muy ricas y sorprendentes, en su blog encuentras casi cualquier receta dulce que se te ocurra, tiene de todo tipo de colores, formas y sabores ¡es una auténtica pasada!
Y es que, además de sus propias recetas, participa en varios retos culinarios con los que nos acerca y descubre un montón de postres y dulces de otros rincones del mundo. Vamos, que es otro de esos blogs que no os podéis perder porque es un placer pasear por él mientras cotilleas recetas y disfrutas de sus bonitas fotos.
Como es otro de los blogs que conocía gracias al asaltablogs, ya sabía más o menos dónde me metía, así que lo primero que decidí es que iba a hacer algo dulce (como si esta primera elección me fuera a ayudar jajaja). Seleccioné unas cuantas galletas, algún que otro bizcocho y dulces europeos, pero no me acababa de convencer ninguno. Hasta que de repente, haciendo repaso de las recetas del reto Cocinas del mundo, di con este arroz con leche que hizo cuando les tocó España.
Y, casualidades de la vida, Encarnita también es asturiana como Belén, así que me pareció buena idea preparar otra receta de su tierra :) y, como ella, volver a mi infancia al recordar a mi abuela en su cocina mientras lo preparaba (lo más seguro que a ojo y sin medidas, como la suya jajaja) ¡y lo rico que me sabía!
Al final no he hecho al 100% el arroz con leche asturiano. He omitido el azúcar quemado que pone por encima y lo he sustituído por canela, porque tengo que reducir su consumo (dichosos médicos...), y le he añadido un poquito de limón porque me encanta el toque que le da. Y me ha parecido espectacular, me recordó muchísimo al que preparaba mi abuela.
Eso sí, aunque es una receta súper sencilla es como las de antes, de las que requieren bastante tiempo y mimo, pero os aseguro que merece la pena, porque el sabor que tiene es delicioso. Y como aguanta varios días, podéis prepararos varios botes con tapa para la semana y tenerlos en el frigorífico, como hice yo ;).
Encarnita, ha sido todo un placer descubrir todas las recetas que tienes y disfrutar de esta tan rica ¡muchas gracias por habernos dejado pasar a tu cocina!
Y al resto de mangantes del Asaltablogs ¡pasad un feliz verano!
Ingredientes (para 6 raciones aprox.)
- 100 gr. de arroz redondo
- 150 gr. de azúcar blanco
- 1,250 litros de leche entera
- 30 gr. de mantequilla sin sal
- 1 rama de canela
- Piel de medio limón
- 200 ml de agua
- 1 pizca de sal.
- Canela en polvo o azúcar para caramelizar por encima
Pon el agua a cocer en un cazo y añade el arroz cuando rompa a hervir. Déjalo hervir unos 10 minutos, retira del fuego y reserva.
En una olla pon a hervir la leche con una pizca de sal, la rama de canela, la piel del limón y el arroz escurrido, en el caso de que te haya sobrado agua de la cocción. Cuando rompa a hervir, baja el fuego al medio y no pares de remover para evitar que el arroz se pegue.
Poco a poco se irá espesando. Encarnita comenta que este proceso puede tardar una hora y media, aunque yo al final solo estuve 45 minutos porque no nos gusta muy espeso.
Cuando tenga el espesor que te gusta, añade poco a poco la mantequilla y sigue removiendo para que se mezcle y derrita bien.
Retira la olla del fuego, añade el azúcar y vuelve a remover varias veces para que se mezcle todo bien. Puede que se vuelva un poco más líquida, pero en cuanto se enfríe volverá a cuajar. Repértelo entre los recipientes individuales o en una bandeja para que se enfríe.
Si quieres preparar la versión asturiana como Encarnita, antes de servir pon un poco de azúcar por encima y quémala con un soplete para que se caramelice. En nuestro caso solo le añadimos un poco de canela en polvo por encima.