Un famoso crítico de teatro, llamado Mortimer (Cary Grant), se ha dado por vencido, y ha sucumbido a los brazos del matrimonio, cuando toda su vida a estado en contra de él. Antes de dirigirse a la luna de miel, decide pasar a visitar a sus adorables tías solteronas, y es donde descubre un gran secreto de ciertas practicas de estas adorables ancianas. Por supuesto, todo se complica, y se llena de personajes, a cual más interesante.
Frank Capra, es el director de esta película, que aunque la rodó por encargo, y basada en una famosa obra de Broadway (de hecho, su estreno se vio retrasado tres años, porque las leyes de entonces, no permitían estrenar una película, mientras la obra teatral que se adaptaba, se estuviera representado), hace una obra maestra, y sentó precedente y escuela para las comedias que estaban por llegar, las cuales bajo mi punto de vista, aún no la han superado.
Escenas impagables, como en la que describen las tías de Mortimer, como dan "descanso" a los viajeros, o las caras que pone Grant ante las diversas situaciones que se le van presentando. Y como no el imprescindible Peter Lorre, en un papel antológico y desplegando todos sus ticks. O el impagable y adorable loco que se cree Roosvelt, y recorre la casa de vez en cuando al grito de!A la carga¡