Arte: Retrato de Julia, hija de Tito o Dama de la Permanente

Publicado el 18 enero 2016 por Debarbasyboinas @DeBarbasYBoinas

Estrenamos sección de arte en nuestro blog. Para ello, haremos análisis de algunas obras artísticas, da igual que sea pintura, escultura, arquitectura, etc., y da igual el tiempo cronológico en el que se sitúen, el caso es analizarlas. Hoy, para empezar con esta sección, toca analizar una pieza escultórica hecha en el período de la antigua Roma, que tiene dos denominaciones: El Retrato de Julia, hija de Tito, o Dama de la Permanente. Pero antes toca hacer una brevísima introducción sobre cómo eran los retratos femeninos en la escultura de la antigua Roma.

El retrato femenino no es muy diferente al masculino, es realista, fiel a los rasgos reales de la persona retratada. En el caso del retrato femenino, cabe destacar que son un buen reflejo de las modas de cada época, por lo que se puede realizar una cronología de manera sencilla. También existen diversos retratos que imitan algún modelo masculino. En esculturas de cuerpo entero apenas se cambian detalles de otras partes del cuerpo que no sean la cabeza. Existe, además, un especial interés en reflejar los peinados de moda en cada época. Esto va a destacar algunos retratos concretos, como el que se va a analizar a continuación.

Si nos metemos a analizar esta obra en concreto, tenemos que decir que, en primer lugar, se trata de un busto femenino, llamativo por el peinado que tiene. No sabemos quién fue su autor, y en cuanto a la mujer retratada, los expertos no se ponen de acuerdo sobre quien es, de ahí que esta obra tenga dos nombres: retrato de Julia, hija de Tito o Dama de la Permanente.

Hay argumentos a favor de un nombre u otro: por un lado, las fuentes escritas dicen que Julia, hija del emperador romano de la dinastía Flavia, Tito, hizo famoso este peinado, pero, por otra parte, este peinado no se generalizaría hasta el siglo II d.C., un periodo posterior a la dinastía Flavia.

Se baraja la hipótesis de que este busto pudiese servir como modelo a la hora de realizar este peinado. Dicho peinado consiste en una peluca alta llena de rizos dispuestos en hilera. El escultor, para realizar este peinado, tuvo que recurrir a la técnica de la talla al trépano, técnica muy usada en la escultura de época imperial, que produce un efecto de claroscuro. En esta técnica se emplea el trépano, una especie de berbiquí actual, que permite realizar agujeros pequeños en las esculturas como, por ejemplo, las fosas nasales o, como destaca en este caso, para hacer rizos, que de otra manera, con otros instrumentos como el martillo, harían romper fácilmente el material sobre el que se construye la escultura.

Simón de Eiré