Me emociono, hasta la lágrima, cuando veo disfrutar a alguien del trabajo de un artista. Es una de las relaciones más bellas. En este momento me ha sucedido escuchando a un músico y viendo secuencias de sus conciertos. Pero da igual que sea cantante, escritor, bailarín, cocinero, modisto o pintor. Me conmueve el mismo acto creativo, el creador y la alegría de aquellos con quienes comparte su inspiración.
En el arte y la creatividad hay mucha verdad.