El 8 de mayo del presente año el pianista Keith Jarrett cumplió 70 años. Por tal motivo el sello discográfico ECM Records (la casa que lo ha visto crecer a nivel musical a lo largo de su extensa carrera) ha publicado dos trabajos discográficos que representan parte de la manifestación creativa del pianista de Pensilvania a lo largo de su voluminosa producción musical. Una primera grabación de música clásica (un repertorio al que Jarrett dedicó muchos esfuerzos en tiempos pasados) en donde el pianista interpreta dos Conciertos para Piano y Orquesta, el nº 3 de Bela Bartók y el nº 38 de Samuel Barber; y una segunda bien distinta titulada Creation y que se trata de una compilación de actuaciones de los mejores momentos de seis conciertos improvisados a piano solo realizados durante el año 2014 en las ciudades de Tokio, Toronto, París y Roma.
Keith Jarrett, Creation (ECM Records, 2015) |
Manfred Eicher (alma mater del sello discográfico ECM) ha querido con estas dos producciones celebrar el aniversario de uno de los músicos más importantes en la historia del jazz y en concreto en la historia del piano. Eicher a lo largo de su estrecha colaboración con Jarrett (su primer registro fonográfico data de 1972 con un disco a piano solo titulado, Facing You), ha cuidado, mimado y ensalzado la figura del pianista norte-americano hasta cotas nunca antes vista en la historia de la música improvisada. El propio Jarrett calificaría la obsesión por el perfeccionamiento en la sonoridad de las grabaciones por parte de Eicher, como de una labor “fanática”. El éxito de Jarrett corre paralelo al desarrollo y éxito del sello alemán de la mano de Eicher. ECM fue poco a poco desarrollando unos aspectos de creatividad y de búsqueda sonora en donde la apertura de ideas era el leitmotiv y seña de identidad de ECM (un aspecto que sigue extraordinariamente vigente en la actualidad). Un sello discográfico que desde sus inicios afrontó diferentes aspectos de la música improvisada que permitió abrazar una diversidad de lenguajes que con el tiempo fue creciendo, fruto de ello fue la creación del subsello ECM New Series en 1984 para dar cabida a otros espíritus musicales, y que se inauguro con otra obra emblemática y referencial de ECM, la grabación Tabula Rasa de Arvo Pärt.
El increíble elenco de aspectos que abrazó ECM hizo posible un encuentro con creadores de diversos estilos, siendo Keith Jarrett una de las grandes apuestas de Eicher. A principios de los años 70, Jarrett no era el único pianista con que el productor alemán contaba, también estaban nombres de la talla de Chick Corea o Paul Bley, un músico alérgico de las fronteras estilísticas y con dos facetas muy reseñables, gran improvisador y extraordinario compositor. Estos tres músicos dieron una lectura nueva a lo que hasta la fecha era el ejercicio de la interpretación del piano solo, en concreto a través de tres grabaciones totalmente distintas entre ellas como fueron, Piano Improvisations de Chick Corea, Open, To Love de Paul Bley y el Facing You de Keith Jarrett,. Estas tres obras permitieron abrir nuevos horizontes dentro del mundo del jazz y por ende en la improvisación como acto creativo.
Keith Jarrett, Facing You (ECM Records, 1972)
Es curioso comprobar como el debut de Jarrett para ECM fuese un disco a piano solo, el ya mencionado Facing You del año 1972, fecha en la que comenzó a ofrecer sus primeros conciertos a piano solo. Un trabajo que apuntaba alguna de las señas de identidad del pianista y en donde es posible apreciar la simiente del que sería “la obra” en solitario tres años más tarde de Jarrett, el famoso concierto de Colonia. Facing You se concibe como un trabajo contemplativo, extraordinariamente melódico, lleno de viveza e inventiva y con alguna influencia estilística del gran pianista Paul Bley. El tema inicial del álbum que tiene una duración de diez minutos se debe de entender como todo un manifiesto estilístico (en relación a los estados emocionales interpretativos) y musical de lo que serán las largas interpretaciones que Jarrett llevará a cabo en años sucesivos (incluyendo sus famosos gemidos y gritos). Una extraordinaria grabación que demostraba las credenciales y el universo que contenía Jarrett, que incluía los años de aprendizaje junto a Charles Lloyd, su paso por el grupo de Miles Davis así como sus primeras formaciones en trío o en cuarteto.
La aventura musical a piano solo de Jarrett con el tiempo fue creciendo de forma exponencial en número de conciertos y grabaciones. Jarrett fue ofreciendo muestras de expansión creativa, a diversos niveles, musical, sonoro y de ideas. Todo ello hizo que Keith Jarrett innovara con sus largas secuencias de improvisación libre, llevando a cabo interpretaciones que duraban mucho más tiempo de lo habitual y partiendo de un material creativo totalmente distinto hasta la fecha, en concreto a partir de motivos rítmicos y pequeñas secuencias sonoras.
Las siguientes grabaciones en ECM a piano solo son dos conciertos en directo y que dio como fruto la obra titulada Solo Concerts-Bremen and Lausanne (1973), y fueron fruto de la gira que el pianista llevo a cabo en solitario entre marzo y julio de 1973 por Europa. Este registro confirmó a Jarrett como un improvisador puro y duro a piano solo, y así mismo comenzó a demostrar que sus “improvisaciones río” eran una catarata de ideas y sonoridades en evolución constante. En estos conciertos, Jarrett se muestra muy profundo a nivel musical, tremendamente emocional y lírico, siendo capaz de transitar por pasajes de extrema sensualidad a otros repletos de una gran carga rítmica y sonora muy apabullantes. Según se comenta, el concierto de Bremen se llevó a cabo mientras Jarrett padecía un fuerte dolor de espalda, y que literalmente se fue de la cama de su hotel a la sala de conciertos, para volver directamente al hotel tras la interpretación del concierto.
Antes de llegar a la gran obra que resulta ser el The Köln Concert en el año 1975, Jarrett hasta la fecha había llevado a acabo una cincuentena de conciertos a piano solo tanto en Europa como en Estados Unidos. Ello le sirvió para convertirse en todo un aguerrido pianista y muy principalmente en un maratoniano musical en busca de la creatividad más absoluta, es decir, la improvisación como esencia total y solitaria, llegándose a calificar al pianista como un “compositor del instante”. Jarrett llega a tener una relación física muy importante con su instrumento lo que le va a permitir aunar de forma soberbia conceptos tan distintos como son creatividad, inventiva, musicalidad, sonoridad y ritmo.
Keith Jarrett, The Köln Concert (ECM Records, 1975)
El concierto de Colonia participa de los planteamientos de las actuaciones de Bremen y Lausanne y fue sin duda alguna el “bombazo” musical que cogió por sorpresa tanto a Jarrett como a Eicher. Un concierto que cuenta con rasgos de leyenda, como que previo al concierto Jarrett llevaba más de 24 horas sin dormir debido a que la gira que estaba llevando a cabo por Europa era en automóvil, o que el piano que le tocó para el recital era un Bösendorfer de una sonoridad que no era del agrado del pianista. El concierto se convirtió en una batalla contra las circunstancias y los elementos. El Köln Concert es sin lugar a dudas el recital que más influencia ha tenido en la historia de los recitales a piano solo. De él llama la atención la construcción, la exhuberancia y musicalidad del ritmo que contienen, pero principalmente por mostrar un catálogo completo de música. Se podría decir que es el catálogo musical por excelencia y en el que puede apreciarse referencias a la música folk, ecos románticos, pasajes de jazz, momentos de libre improvisación, apuntes gospel, e incluso trazos minimalistas. Todo este elenco de sonidos conforman el que se puede considerar el “planeta” Jarrett, tal y como lo entendía el propio pianista. El Köln Concert ha sido una profunda influencia para cualquier pianista contemporáneo, hasta el punto que hay muy pocos músicos que no pueden manifestar que se encuentren influenciados de forma directa o indirecta por el contenido musical del mismo. El Köln Concert fue escogido en su momento por la revista Time como disco del año.
Por esas fechas la leyenda de Keith Jarrett ya se encontraba en plena ebullición y expansión musical. Jarrett no se conforma solo con sus recitales de piano solo, sino que así mismo sigue desarrollando otros formatos musicales, en concreto el cuarteto que por esas fechas tenía en activo, agrupación que se le llamó el “cuarteto americano”. Por el contrario con sus actuaciones a piano solo Jarrett acabaría de cuajar y de encajar las ideas de improvisación y de composición instantánea en un dialogo abierto y sin ningún tipo de concesiones. Ello le confirió a Jarrett una libertad interpretativa prácticamente ilimitada proveniente en gran medida de la propia filosofía de ECM, una libertad que sin lugar a dudas acuñó un nuevo concepto de improvisación jazzística. El propio Jarrett reconoció que el resultado del Köln Concert fue “totalmente improvisado, la obra de una única noche, que se desvanece con la misma velocidad con la que apareció”.
Las grabaciones y actuaciones a piano solo siguieron llevándose a cabo de forma regular, una circunstancia que tan solo ha plasmado dieciséis veces en la discografía oficial de Jarrett, pero algo que los devotos y admiradores al pianista han tratado de inmortalizar en numerables ocasiones. Es por ello que existen innumerables grabaciones piratas o bootlegs de conciertos a piano solo en directo, uno de los más conocidos fue el que llevó a cabo en la ciudad de Bremen (Alemania) el 2 de Febrero de 1975. Un recital ofrecido a escasas fechas del afamado concierto Colonia y que consta de tan solo tres temas (“Part I”, “Part II” y “Treasure Island”) interpretados en el mismo formato de dialogo y conversación consigo mismo que otros conciertos comentados. Una interpretación en donde la improvisación se encuentra confeccionada por partes y repleto de un ritmo exuberante y de una catarata de músicas e ideas que se asemejaban al recital de Colonia.
Portada y contraportada de Keith Jarrett, Bremen, Gerrmany, February 2, 1975 (Bootleg)
La producción musical de conciertos de piano solo ya no fue la misma desde que Keith Jarrett la reinventó, prueba de ello fue el riesgo comercial que corrió Manfred Eicher con la publicación de las descomunales grabaciones a piano solo que Jarrett ofreció en una gira por cinco ciudades del Japón (Kyoto, Osaka, Nagoya, Tokio y Sapporo) en Noviembre de 1976 y que vieron la luz en una caja de 10 LP (en la actualidad 6 CD) con el nombre de Sun Bear Concerts. Este fue el quinto trabajo discográfico a piano solo en su discografía oficial y sin duda alguna toda una referencia ineludible en la carrera musical de Jarrett. Un trabajo que cosechó un extraordinario éxito de público, pero que a su vez recibió importantes críticas por el fuerte ego que destilaban las grabaciones.
Los conciertos de Sun Bear, con la perspectiva que da el tiempo, no suponen a nivel musical nada nuevo a lo que ya había expresado Jarrett en sus conciertos a piano solo y por extensión a las grabaciones que se publicaron de los mismos. Se podría decir que confirmaban musicalmente a Keith Jarrett como un improvisador de sonidos y melodías, un hacedor de atmósferas y de estilos musicales, un catalizador de sensaciones abierto a la creación más absoluta. Posiblemente para más de un aficionado estos conciertos resultarán ser una exhuberancia musical en el sentido más amplio del término, pero tampoco cabe duda que las mismas plasman a la perfección el nivel de creatividad y de relación musical que hasta la fecha tenía Jarrett con su instrumento, una relación física muy intensa que incluso se podría tildar de maratoniana a consecuencia de los largos vuelos de imaginación pianística y sonora a que tenía acostumbrados Jarrett. Los conciertos de Sun Bear son el testamento musical a piano solo de Jarrett.
Keith Jarrett, Sun Bear Concerts (ECM Records, 1976)
Los recitales en solitario de Keith Jarrett se continuaron llevando a cabo por todo el mundo, al igual que sus aventuras y experimentaciones musicales no cesaron, prueba de ello es que en 1980 se atrevió también a piano solo con el mundo espiritual, religioso y místico de G.I. Gurdjieff en la grabación Sacred Hymns. Una obra atípica que dejaba de lado las largas exploraciones sonoras que Jarrett nos tenía acostumbrados con sus discos a piano solo, para embarcarse en un camino totalmente distinto, lleno de colores, densidades y formas. Una grabación en donde el pianista está más atento a las fuertes dinámicas y matices que se extraen de los diversos himnos que interpreta así como a la obtención de un sonido rico y profundo del piano que a ofrecer sus extensas cabalgadas musicales.
La evolución musical de Jarrett a través de los años 80 pasa por la creación de su famoso “standard trio”. Inicialmente la formación hace su aparición con una grabación que no iba a nombre de Jarrett sino que se encontraba firmada por Gary Peacock, Tales of Another. El trío como tal debutará con Changes y realizará álbumes tan legendarios como fueron los Standards Vol. 1 y Standards Vol. 2. Jarrett se encuentra en la cresta de la ola, nada se le resiste, parece como tocado por la varita de los dioses y de la creación hasta tal punto que en esta década se atreve con el repertorio clásico, circunstancia esta que le granjeó un elevado número de críticas al enfrentarse con unas obras muy tradicionales, extraordinariamente complicadas y con una larga e importante lista de referencias discográficas como era el Clave Bien Temperado en sus libros I y II y las Variaciones Goldberg ambas de J.S. Bach o diversos conciertos para piano de Mozart. Aquí el apoyo de Manfred Eicher fue de nuevo muy importante y determinante en la carrera del pianista americano, ya que entendió perfectamente que Jarrett era un músico en constante movimiento, un infatigable buscador de sonoridades y de retos musicales. Por el otro lado Jarrett continúa realizando conciertos y grabaciones a piano solo como son los conciertos provenientes de una gira europea en Europa de 1981, los de Bregenz y Munich, unas grabaciones con sus típicas largas improvisaciones o la grabación Dark Intervals de 1987, una obra menor en la discografía de Jarrett, pero muy interesante a nivel musical por la creatividad melódica de los temas interpretados. Se suceden más grabaciones en directo, en Paris (1988), Viena (1991) o en La Scala (1995), en este último con un tema que él solo duraba cuarenta y cinco minutos de forma ininterrumpida, el éxtasis total de la interpretación Jarrettiana. Pero el año 1997 será una fecha que Jarrett no olvidará nunca, debido a que se le diagnostica la enfermedad del síndrome de fatiga crónica. Una enfermedad que le obliga a cesar toda actividad musical tanto en sus actuaciones con el trío como a piano solo, una enfermedad que le impedía sentarse frente al piano. La música y la improvisación que eran señas de identidad en la carrera del pianista habían sido postergadas a causa de una extraña enfermedad. Incluso algunas “malas lenguas” llegaron a comentar que este tipo de afección era una simple invención del propio Jarrett para llamar la atención con el fin único de agrandar aún mucho más su propia leyenda.
Lo que si fue evidente es que durante varios años Jarrett desapareció del los escenarios, hasta que de forma sorpresiva reanudó las grabaciones con un disco a piano solo en 1998 titulado The Melody At Night With You. Un disco que grabó como un regalo de Navidad para su mujer en el estudio de grabación que se hizo instalar en su casa y que al contrario de sus anteriores producciones a piano solo, los temas interpretados son piezas muy cortas, baladas en su mayoría ejecutadas con sencillez y sin virtuosismo ni improvisación alguna. Un disco profundamente intimista y sin duda alguna marcado por su enfermedad y por la soledad de las interpretaciones, hay que recordar que muchos de los temas fueron interpretados durante las largas horas de insomnio que padecía Jarrett. El repertorio escogido en The Melody At Night With You tiene muy poco o nada que ver con lo que hasta la fecha había sido su carrera musical, pues se encontró configurado por piezas de corte clásico que hacen cambiar el discurso interpretativo de sus largas improvisaciones a unas ejecuciones concisas y marcadas por una fuerte pureza estilística de la melodía.
Keith Jarrett, The Melogy At Night, With You (ECM Records, 1999)
La aparición de este disco supuso la reaparición a nivel público y discográfico de Jarrett, pero así mismo conllevó la reanudación de las actividades con su formación de trío tanto de actuaciones en público como publicaciones discográficas. Igualmente con el tiempo las actuaciones en directo a piano solo también se reanudaron, pero esta vez con una concepción musical totalmente de los mismos y de cómo se habían desarrollado hasta la fecha. Su planteamiento y forma de llevarlos a cabo afectaron de forma muy significativa a la vitalidad en su ejecución, las piezas ahora son más breves y compactas, sus actuaciones son fragmentadas. Tras la enfermedad que sufrió Jarrett, los conciertos a piano solo que ha ido ofreciendo con el tiempo presentan un discurso musical distinto al de sus conciertos de largas improvisaciones. Ahora es posible apreciar a un pianista más concentrado a nivel musical, no por ello exento de complejidad interpretativa. Claros ejemplos de este nuevo planteamiento son las grabaciones de Radiance (2002), The Carnegie Hall Concert (2005) y Paris/London, Testament (2008). Todo y esta nueva concepción musical de los conciertos de piano solo en algunos de estos recitales citados, es posible apreciar ciertos trazos e influencias interpretativas de sus largas y aguerridas improvisaciones. La grabación de 2011 de Rio sorprendió en su momento por el ímpetu y vigorosidad en la interpretación de sus piezas y por el contenido del material ejecutado.
La por ahora última aventura musical a piano solo en formato compacto de Jarrett es la aparición de Creation (ECM, 2015). Una compilación de música seleccionada y secuenciada por el propio Jarrett proveniente de los conciertos improvisados a piano solo llevados a cabo durante la gira por Japón, Canada y Europa entre Abril y Julio de 2014. Creation es un disco único en la discografía a piano solo de Jarrett, pues el mismo no recoge el fluir de un único concierto, sino que ha sido el propio pianista el que ha ensamblado una suite con los mejores temas improvisados acontecidos a lo largo de la gira que llevó a cabo. Este es sin lugar a dudas un nuevo y extraño planteamiento musical en su carrera a consecuencia que es difícil y complicado recoger las diferentes atmósferas que se producen a lo largo de diversos conciertos en una gira. Pero ante todo Creation es una colección de temas intimistas y sensuales, en donde aparece un Jarrett menos obsesivo por las sonoridades y la figuras interpretativas, una grabación que permitirá al aficionado descubrir (o en su caso redescubrir) a un músico que exterioriza su lado más sensual, melódico y a la vez su lado más intimista y vulnerable. Una obra que no representa en modo alguno su concepción del piano tal y como la ha desarrollado a lo largo de su extensa carrera discográfica, pero si una nueva “creación” particular y siempre personal del “universo Jarrett”. NOTA: El presente artículo fue redactado para la revista + Jazz.