La Fibromialgia y el Síndrome de Fatiga Crónica son dos enfermedades reconocidas por la Organización Mundial de la Salud. Si bien son enfermedades complejas e incapacitantes que presentan síntomas comunes, como insomnio, dolores de cabeza, cansancio, depresión y dolores articulares, se trata de enfermedades diferentes.
Ambas tienen mayor incidencia en mujeres que en hombres, pero en el caso de la Fibromialgia, la proporción es de un hombre por cada 10 mujeres, mientras que el Síndrome de Fatiga Crónica (SFC) lo padece un hombre por cada 3 mujeres. Por otra parte, la Fibromialgia se presenta especialmente entre los 45 y 55 años y el SFC, entre los 29 y 35 años.
El ejercicio aeróbico es efectivo en pacientes con Fibromialgia, pero puede ser perjudicial en casos de SFC, donde los pacientes necesitan hacer ejercicios de baja intensidad. Además, la fatiga de quienes padecen SFC es verdaderamente extenuante, al punto que no alcanza la voluntad del paciente para superarla: es inhibidora. Tampoco se sienten aliviados después de dormir. Los pacientes con Fibromialgia también sufren de fatiga, pero se pueden sentir aliviados después de descansar. En estos casos, el estado de ánimo y la voluntad influyen a la hora de evitar que esa fatiga sea extenuante e incapacitante. Los pacientes con SFC pueden presentar habitualmente algunas líneas de fiebre y dolores de garganta, síntoma que no es habitual en el caso de la Fibromialgia, como tampoco los son las adenopatías, que sí forman parte del diagnóstico de la Fatiga Crónica.
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