Artur Mas alarma a la sociedad con un 'punto sin retorno' si el Estado le prohíbe emitir más deuda

Publicado el 21 enero 2011 por Quim @Quim_Marques

Ante las últimas declaraciones públicas de miembros del Gobierno central sobre el techo del endeudamiento catalán, ayer el presidente de la Generalitat, Artur Mas, en una entrevista en la radio pública, Catalunya Ràdio, advirtió que si se impide a esta institución emitir más deuda en 2011, constituiría “un punto de retorno” añadiendo a continuación un “espero que no lleguemos a este punto”.
Y es que la Generalitat necesita emitir como mínimo 10.000 millones de euros de nueva deuda como el aire que respira. Las cuentas que ha dejado el anterior gobierno tripartito muestran un desfase en 2010 de cerca de 8.000 millones, un déficit de un 3,6% sobre el presupuesto presentado al Parlament a principios de ese ejercicio. Este desfase debía ser como máximo de 2,4%. Sin embargo el Gobierno central (el gobierno amigo) no dijo nada en los últimos meses para no afectar la campaña electoral del PSC y dejó hacer.
Frente a esta situación el conseller de Economía, el profesor Mas-Colell, se encuentra con las manos atadas. ZP sí permitió al anterior ejecutivo catalán la emisión de ‘bonos patrióticos’, al 4,75% de interés, que ha servido para que en la caja de la Generalitat quedasen recursos para pagar las nóminas de esta administración hasta el mes de febrero. Pero no más allá. Si, por un lado, el actual Govern no puede emitir más deuda y, por tanto, no se puede hacer frente al desfase de 2010. Y por otro, los compromisos adquiridos demandan de los recursos necesarios para hacer frente. Como consecuencia, se produce un sándwich imposible de gestionar, entre la espada y la pared.
A pesar de los requerimientos comunitarios para que el conjunto de las Administraciones españolas reduzcan su déficit público, el nivel de deuda está en niveles aceptables en comparación con otros países europeos. A pesar que la ratio de deuda sobre PIB ha crecido rápidamente en los últimos años, en Cataluña se sitúa en los entornos de 15% y en España sobre el 65%.
Frente a esta situación Artur Mas tiene una muy difícil papeleta que siente además como injusta. “Si el Estado no es leal, nosotros actuaremos en consecuencia”. Esas declaraciones alarmistas son producto de una situación muy tensa de tesorería que, desde CiU, saben que no es achacable a ellos sino al Govern del presidente Montilla.
De momento para salir del paso el president Mas ha advertido a sus consejeros que solamente podrán hacer uso como máximo del 30% de la partida de gastos, reservándose el resto. Mas espera que el Estado dé una salida a esta situación y cumpla con los compromisos firmados con Cataluña. En concreto Mas está pensando en el nuevo acuerdo de financiación firmado entre el Estado y la Generalitat en 2009 y que contemplaba la creación de un fondo de competitividad en los Presupuestos del Estado de 2011 y del cual Cataluña debía recibir 1.000 millones de euros. Sin embargo, el plan de austeridad impuesto a ZP ha hecho que éste presente una Ley de Presupuestos para 2011 donde no existe ninguna dotación para este fondo.
No es de extrañar que el conseller de Economía de la Generalitat esté adelgazando. Aún no ha empezado a elaborar el borrador del proyecto de ley de presupuestos para 2011 y ya sabe que por la parte de los gastos deberá reducir sobremanera (ha anunciado un descenso de cómo mínimo el 10% sobre la cifra de 2010) y por la de los ingresos ve como cada vez mengua más. Sin embargo él confía que la única salida posible es la lealtad entre instituciones. Por eso trabaja en el desarrollo de unos presupuestos muy austeros pero a la vez “muy creíbles” que posibiliten la aprobación deun calendario de emisión de deuda por parte del Estado.
De todas maneras, el president dice tener un plan B, sin especificar cuál, en el caso que las negociaciones finalmente fracasen. En concreto adelanta que "el Govern tiene mecanismos para defenderse y para hacer entender cuál es la situación tanto a nivel interior como exterior”.
A pesar que el anterior conseller de Economía, Antoni Castells, se comprometió a cerrar 2010 con un déficit del 2,4% (sobre 5.000 millones de euros) el resultado final se ha disparado un 50% más.