Se trata de una excusa absurda e inválida para un acto que, seguramente, no será castigado en esta España sin justicia, donde los que apoyan a Zapatero con sus votos adquieren una práctica impunidad, pero que en cualquier país democrático y justo del mundo habría provocado una dimisión instantánea y, probablemente, también un procesamiento.
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha considerado como "irresponsable" el voto de Artur Mas y lo ha considerado perjudicial para la estabilidad política y financiera de Cataluña, mostrando también su preocupación por la imagen internacional de frivolidad y antidemocracia que proyecta la Generalitat.
Rivera ha advertido a Mas algo que es jurídicamente obvio: que no puede separar su condición de ciudadano de la de presidente de la Generalitat, y ha censurado que "siendo el presidente de todos los catalanes" participe en una consulta que los divide.