El presidente de la Generalitat, Artur Mas, conocedor de los graves problemas de déficit de la institución (3,6% en 2010), de la incapacidad para generar nuevos ingresos, y de los problemas del Gobierno central para aumentar la transferencia de recursos, ha decidido preparar un presupuesto para 2011 absolutamente restrictivo, con una reducción del 10%, que provocará que muchos Departamentos de su Gobierno vean reducida su capacidad de actuación durante este ejercicio. En algunos ya se está planificando las actuaciones de 2012, sabedores de la poca maniobrabilidad que van a tener este año.
Las negociaciones, discretas, entre Mas-Colell y Ocaña, parece que no van a conducir a ningún buen puerto sino más bien lo contrario si nos atenemos a las declaraciones de ayer de Mas donde reclamó 1.000 millones a ZP “que el Gobierno nos debe” en relación con el fondo de competitividad de los Presupuestos del Estado que ha sido dotado con 0 euros aunque los acuerdos del pacto de financiación entre Estado y Generalitat del verano de 2009 preveía esa cantidad para 2011.
Pero lo peor es que la austeridad seguramente se deberá prologar también al siguiente ejercicio.