Existen diferentes trucos en la cocina popular, que se transmiten de boca en boca. De la mayoría no sabemos sus origenes pero vemos que funcionan.
En la actualidad y gracias a los estudios de fisicos y quimicos se ha dado explicación a estas “fórmulas” populares.
Si ponemos un recipiente con agua en el horno, donde estamos asando una pieza de carne, esta quedará más jugosa.
Si asamos una pieza que vemos que nos puede quedar algo dura. Solucionaremos el problema añadiendo un par de tomates, partidos a la mitad. El acido del tomate ayudará a que la carne se vuelva más tierna.
Si adobamos carne con vinagre, vino y especias, esta se ablanda además de aromatizarse. ¿Por qué? El vinagre degrada el tejido y hace que se ablande, pero como es
Muchos libros de cocina indican que una carne adobada (piezas grandes) no se debe asar porque se seca. ¿Qué podemos hacer?
¡Sencillo! Con una jeringa y una aguja pinchamos la pieza en diferentes zonas e inyectamos un poco de adobo. De esta manera la maceración la realizaremos desde el interior hacia el exterior y el tiempo de horneado se reducirá.
La misma técnica podemos utilizar con una pieza de cerdo, pero en este caso inyectaremos pequeñas cantidades de zumo de piña.
El zumo de piña tiene unas encimas que degradan las proteínas y colágeno de la carne ablandándola. Como es lógico la carne tendrá un aroma a piña.
Según diversos escritos, el método de ablandar la carne con zumo de piña ya era utilizado por los Aztecas.
¡Espero que estas ideas os sean útiles!