Ascenseur pour l'échafaud: Malle, Davis y su BSO

Publicado el 18 septiembre 2013 por Elgranleblogski @elgranleblogski

A Louis Malle le vino Dios a ver en forma de Miles Davis, o más bien al contrario, ya que fue el director francés el que propició el encuentro con el músico americano. La historia es la siguiente:
Malle, que había dirigido un par de cortos y participado en la elaboración del documental 'Le Monde du silence' junto a Jacques Cousteau, decide rodar su primer largometraje. Casi acabada la película (sin banda sonora aún) se entera de que Miles Davis, del que es un gran admirador, va a hacer un pequeño tour por el viejo continente.
Desgraciadamente (o afortunadamente, según la perspectiva con la que se mire) no todas las fechas previstas de la gira acabaron cerrándose, proporcionando a Miles más tiempo libre del previsto. Juliette Gréco, con la que Davis había mantenido un romance intermitente desde que se conocieron en el Festival de Jazz de París de 1949 le presenta a Louis Malle, que ni corto ni perezoso propone al jazzman componer e interpretar la música para su película.

Miles Davis con Jeanne Moreau


Miles Davis se sentía muy a gusto en Francia (en su autobiografía escribe que allí es donde le trataron por primera vez como a un ser humano) y nunca había recibido una propuesta semejante. Supongo que para sorpresa de un joven Malle, que contaba con veinticinco años en ese momento, el autor de 'Kind of Blue' aceptó encantado.
Davis reclutó a tres músicos autóctonos y al batería Kenny Clark y grabó la banda sonora en tan solo un par de sesiones mientras visualizaba escenas de la película. El resultado encaja perfectamente con esta suerte de film noir: música tranquila, relajada, atmosférica, improvisada. Pero, cuidado, no confundir nunca con "jazz" perfumado de hilo de ascensor. Aquí hay calidad a raudales.