ASESINATO EN EL LABERINTO: ¡Un intricado caso de la Golden Age!

Publicado el 09 junio 2018 por Ana Granger @AnaGranger21
SÁBADO, 9 DE JUNIO DEL 2018
Asesinato en el laberinto
"—Prueba con el laberinto —le aconsejó. [...] 
—Ah, ¿te refieres a nuestro laberinto? [...]. No es mala idea. Como bien dices, seguro que nadie me molesta si me instalo en alguno de los dos centros. Además, ahora mismo quiero disfrutar de todo el aire fresco que pueda. Será mejor estar fuera que en ningún sitio de la casa. [...]."
Fragmento de Asesinato en el laberinto de J. J. Connington
Con cada nueva novela policíaca que sacan, me siento atraída hacia ella como un imán a un trozo de metal. En esta ocasión, me he tenido que internar en un laberinto para destapar al asesino de dos cruentas muertes, aunque ¿qué muerte que no sea natural no lo es?
Asesinato en el laberinto de J. J. Connington es una nueva joya que incluir entre nuestras lecturas y que Ediciones Siruela rescata del anonimato para los lectores de habla hispana. El inspector de policía Clinton Driffield se encuentra de visita en casa de unos de sus amigos, Wendover, quien es vecino de los Shandon. Roger Shandon es propietario de la casa de campo Whistlefield, donde vive con su hermano pequeño y sus dos sobrinos huérfanos. En esos días, están con ellos dos amigos de su sobrina Sylvia y el hermano gemelo de Roger, Neville. Una de las mayores atracciones de la propiedad, es el laberinto vegetal de su jardín, el cuál tiene la peculiaridad de disponer de dos centros. Entre sus frondosos muros se comete un doble asesinato y, de inmediato, todos los presentes en la casa se convierten en sospechosos, ya que todos los miembros de la familia saben cómo orientarse en el interior del laberinto y alguien ajeno a la propiedad no podría. El inspector jefe Clinton Driffield, deberá trastocar sus planes y averiguar quién cometió el doble crimen y cuáles fueron sus motivaciones, pero pronto descubrirá que desvelar la verdad no será nada fácil y tendrá que adentrarse en su propio laberinto de secretos y mentiras.
Asesinato en el laberinto es una obra muy inteligente, con una narración exquisita a la par que adictiva. La misteriosa identidad del asesino o asesinos no nos será nada obvio, teniendo que esperar al final de la novela para que la verdad nos sea revelada, un final realmente bueno. 

Clinton Driffield es un hombre muy inteligente, sarcástico y sagaz que aparentará ser un individuo anodino, una argucia que le servirá para que sus sospechosos bajen la guardia y tengan una falsa sensación de seguridad en su presencia. Sin embargo, el buen observador no tardará en descubrir en Driffield a un astuto policía.

Como todo buen detective que se precie, nuestro inspector jefe contará con su propio Watson, uno no solicitado, pero el único en el que podrá confiar durante su investigación: su amigo, y vecino de los Shandon, Wendover. El pobre Wendover, a pesar de lo espeluznante del suceso, deseará ayudar a Driffield con el caso sin mucho éxito, lo que dará pie divertidas conversaciones entre ambos, dado el ingenioso humor de nuestro protagonista.
Aunque el número de sospechosos es finito y reducido, a Driffield no le será nada fácil, en un principio, saber de las rencillas, envidias, disputas y demás asuntos familiares que podrían estar detrás de las motivaciones del asesino. Las apariencias engañan y las pistas no serán tantas ni tan esclarecedoras, por lo que Driffield tendrá una ardua tarea por delante. Pero nuestro brillante protagonista sabe que, tarde o temprano, logrará abrirse paso entre el laberinto de mentiras y falsas impresiones hasta alcanzar la ansiada verdad.

Asesinato en el laberinto de J. J. Connington es una maravilla olvidada a la que, con gran acierto, Ediciones Siruela le ha sacudido el polvo y traído, con el mimo habitual que caracteriza a esta editorial, para nosotros los lectores. Se trata de una lectura ágil, inteligente, con un toque de humor en sus diálogos, y muy entretenida, que mantendrá en ascuas hasta a los lectores más avezados en este género. ¡Mil gracias a Ediciones Siruela por el ejemplar! 

Como ya viene siendo habitual, os animo a no perderos el resto de títulos de esta magnífica colección:

  • Un hombre muerto(reseña) y Un asesino en escena (reseña) de Ngaio Marsh.
  • Una dirección equivocada (reseña) de Elizabeth Daly.
  • Misterio en blanco (reseña) de J. Jefferson Farjeon.
  • La muerte espera en Herons Park (reseña) de Christianna Brand.
  • Muerte de un aviador (reseña) de Christopher St. John Sprigg.
  • Muerte en la rectoría (reseña) y ¡Paren las máquinas! (reseña) de Michel Innes.
  • El último caso de Philip Trent(reseña) y Philip Trent y el caso Trent de E. C. Bentley.
  • Detectives victorianas (reseña) de VV.AA.
  • Los mejores casos de Max Carrados (reseña) de Ernest Bramah.







Título:Asesinato en el laberintoAutor: J. J. ConningtonGénero: Novela policíacaEditorial: Ediciones SiruelaFormato: Papel y DigitalPáginas: 272Precio: 22,95 € (Papel)ISBN: 978-84-17308-01-8
Argumento: «Por la construcción de su trama y la vivacidad de su prosa, la considero verdaderamente una obra de máxima categoría, que coloca a J. J. Connington en la primera fila de los escritores de novela detectivesca».
T. S. ELIOT

La finca de Whistlefield es famosa no solo por su belleza, sino también por el laberinto vegetal que diseñaron sus primeros propietarios. El recorrido, delimitado por altos setos que se entrecruzan en caminos sin salida o que regresan al punto de partida, conduce a dos centros distintos en los que un cómodo banco recompensa a quienes logran alcanzar la meta. Y es allí donde, en una calurosa tarde de verano, aparecen los cuerpos sin vida de Roger Shandon —el dueño de la heredad— y de Neville —su hermano gemelo y conocido abogado—, ambos asesinados con la misma arma: un dardo impregnado de curare. Dado que todos los miembros de la familia, los únicos capaces de orientarse en el laberinto, parecen tener una sólida coartada, serán necesarias una mirada aguda y una inquebrantable profesionalidad para averiguar quién ha cometido el extraño doble crimen. Cualidades que, inteligentemente disimuladas bajo una apariencia anodina, el jefe de policía Sir Clinton Driffield posee en extraordinaria medida.

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