El salón de actos del exclusivo hotel Le Soulier d'or estaba muy concurrido para la ocasión, toda la gente “guapa” de la ciudad se encontraba reunida allí para presenciar la final del campeonato del mundo en Sudáfrica entre España y Holanda, se había instalado una pantalla gigante de alta calidad, las mesas estaban colocadas por todo el recinto y en cada una de ellas había sentadas 4 personas. Los camareros iban y venían sin cesar en una especie de danza frenética para atender las necesidades de los invitados.
Sofía controlaba la seguridad del evento en una habitación contigua al salón, desde un panel con varios monitores no perdía detalle de lo que ocurría tanto dentro como fuera del hotel, en sus más de diez años como directora de seguridad nunca había sido responsable de la protección de tantas personalidades por lo que para la ocasión había contratado personal extra de una agencia de seguridad privada.
Corría el minuto once de la segunda parte de la prórroga, cuando cuando Jesús Navas arranca por la banda, Van Der Vaart trata de sujetarlo pero no puede, el sevillano atraviesa la divisoria de los campos, rodeado de contrarios entrega la pelota a Iniesta, este de espuela se la deja a Fábregas, Cesc se la pasa de nuevo a Navas, este a Torres, el Niño centra mal pero el rechace le cae a Fabregas que se la pasa al hueco a Iniesta y este con un magnífico control orientado se perfila y bate a Van der Sar, España se adelantaba en la final por la copa del Mundo.
El júbilo se extiende por la sala, tanto invitados como camareros y resto del personal gritan entusiasmados. Sofia ajena al alboroto seguía atenta a sus monitores cuando en medio de la celebración le pareció escuchar un ruido diferente, como un disparo, se dijo que podría ser un petardo de alguien celebrando el gol en la calle pero esta idea no termina de convencerla por lo que manda a uno de los guardas a echar un vistazo.
Continuará…..