Desde el blog literatura basura vamos a realizar un experimento que espero sea del agrado de todos los que lo siguen. Como en pleno siglo XIX con Balzac o Pérez Galdós (y sin que sirva de precedente) cada domingo aparecerá un capítulo de un folletín (1) "contemporáneo" escrito durante la semana. Se titula Asesinato en la ciudad del diseño y pretende recoger las peores características del genero y expresar, sin excepciones, todos los tópicos de la literatura basura. Es más, busca abrir vías a un nuevo género que conjugue literatura basura, digitalización y gratuitidad (ahora la basura se paga) porque podrá ser leído sin derechos de autor ni royalties en internet y, lo que es más importante, podrá ser tirado a la papelera con un simple click. Sin embargo, antes de comenzar mañana domingo, me siento en la obligación de realizar alguna advertencias previas:- La historia que se cuenta es completamente falsa.- La ciudad de la que se habla no existe en el mapa. - Cualquier coincidencia o similitud de nombres con alguna persona real es pura coincidencia.
- El protagonista no soy yo (por favor!).- Hay escenas poco éticas y de sexo explícito por lo que se ruega que menores de edad o personas sensibles a estos temas se abstengan de lectura.
(1) Folletín: Un folletín (del francés feuilleton, diminutivo de feuillet, "hoja", página de un libro) es un género dramático de ficción caracterizado por su intenso ritmo de producción, el argumento poco verosímil y la simplicidad psicológica. Recurre a la temática amorosa, pero también al misterio y a lo escabroso. La exigencia estética de este género no suele ser muy acusada. La misma forma en que estas obras son producidas y pagadas, así como el medio por el cual son difundidas influyen sin duda en el estilo de las mismas. Dado que se realizan a medida que son difundidas, las obras no obedecen a un plan previo. Ya en las novelas decimonónicas, a veces se hinchaba el estilo o se alargaban los diálogos con monosílabos para ocupar más y más folios, pagandose a los autores de las primeras novelas por entregas por folio escrito. Esto deriva en que los autores ya consagrados contrataban personas que trabajan para ellos y Dumas, por ejemplo, llega a tener setenta y tres colaboradores.Al no poder rehacer lo ya producido, aparecen incongruencias en la conducta de los personajes, no hay presentación adecuada de muchos personajes secundarios, etc. Además, la distinción maníquea entre buenos y malos suele estar siempre presente.[2] Entre estos últimos, abunda el científico loco y el encapuchado.Domina también el adjetivo común, la metáfora tópica y la descripción pintoresca de paisajes exóticos. Algunos elementos insólitos característicos son la estatua parlante, la hipnosis[3] asesina.En lo temático, se prefiere lo exagerado, lo exótico, lo crudo. Los actos de violencia, los raptos, los adulterios, etc. aparecen a menudo y la muerte del padre es un tema frecuente. Sus finales son siempre tristes o trágicos.Otra característica del folletín es que está dedicado a todos los públicos, con independencia de edad, sexo y condición social, aunque las mujeres sean especialmente aficionadas al mismo. La horizontalidad de sus tramas y la técnica del suspense lo convierte en un producto con una fuerte capacidad de fidelización.