Asesinato y medias de encaje: La estrella de variedades, una comedia crimimusical para Las tres noches de Barbara Stanwyck
Publicado el 26 diciembre 2011 por Esbilla
De camino al año nuevo me he dejado liar por Christian Aguilera para echar una mano en un clasicómano blog colectivo, de nombre Las tres noches de Barbara Stanwyck, dedicado a la vida, obra y milagros de la star Barbara Stanwyck que intentará ser por igual una recorrido crítico, una panorámica histórica y una memorabilia colorista. Por allí pasarán también Sergi Grau, responsable del excelente Voiceover’s blog o Carlos Giménez Soria, co-autor de Akira Kurosawa. La mirada del samurái pero las puertas estarán abiertas a cualquier aportación de interés. En fin, en salvaje compañía de nuevo, la de la Stanwyck en primer lugar. Para esta primera vez recupero y amplío (mucho) la deliciosa comedia criminal La estrella de variedades, dirigida por William Wellman en 1943: estrella-de-variedades.html
“(…)una pieza fracamente insólita a la altura de 1943 pese a que, poca duda cabe, el protagonismo/personaje de la Stanwyck venga dado de forma directa por su exitosa Sugarpuss O’Shea de Bola de fuego (1941). De tal manera, la desenvuelta artista de variedades del presente film es «prima hermana», y directa consecuencia industrial, de esa otra «dama del burlesque» que había interpretado un par de años antes para Howard Hawks en el aludido clásico de la screwball comedy. Así la actriz recuperaba escueto vestuario, lucía piernas, lengua rápida y habilidades para bailar y cantar de nuevo en lo que suponía, además, un regreso a sus orígenes profesionales en el vodevil que la había llevado —bueno, eso y su incendiario marido de aquel entonces, Frank Fay, un legendario cómico de los teatros neoyorkinos que llegó a trabaja también en el cine— desde Broadway hasta Hollywood a finales de la década de los 20.(…)”continuar
(..)en curioso juego inocentemente metalingüístico, sin chirridos ni alardes, dentro de una lógica que se acoge por igual a la comedia deslenguada, el musical picante y thriller de celos teatrales con una energía y un sex-appeal que hacen más pensar en una comedia pre-code que en un film realizado en 1943. Wellman, que ya había dirigido a la diva en 1931, Enfermeras de noche, y un año antes en Una gran señora —y que ese mismo año entregaría el oscuro western moral Incidente en Ox-Bow (1948) no cabe mayor eclecticismo que el de este maestro todavía por reconocer en su verdadera medida— mueve el conjunto con su enérgico sentido cinematográfico y la mixtura, en apariencia disparatada, termina por funcionar como un ágil divertimento del cual distraen sus números musicales de constantes sobreentendidos y maliciosos dobles sentidos, e intrigan los misteriosos asesinatos, filmados con tono atmosférico y rudo, falsos culpables e investigaciones paralelas que se establecen entre el estoico policía encargado del caso, Charles Dingle y el dúo Michael O’Shea —Barbara Stanwyck, a su vez una clásica pareja romántica «si- -pero-no» llena de tiranteces, sarcasmos y gracia cómplice y donde el personaje femenino nunca se supedita al masculino. Mucho menos cuando ella resulta tan perfectamente descarada y tan rematadamente sexy como en esta ocasión.(..)” continuar