Asesinos en serie de la antigüedad

Publicado el 04 febrero 2020 por Tdi @RLIBlog

Se podría pensar que el asesinato en serie es un fenómeno relativamente reciente que prácticamente nació con la fascinación producida por los relatos de los crímenes de Jack el destripador. Desde entonces, nombres como Jeffrey Dahmer, John Wayne Gacy y Ted Bundy, entre otros, forman parte del imaginario colectivo. Sin embargo, cientos e incluso miles de años atras varios asesinos pasaron a la historia por sus viles crímenes.

Los siguientes relatos, que pueden aumentar en futuras entradas, coinciden en el misterio que los envuelve. Las cifras son inexactas y se desconoce cuánto es real. Ya sea una sucesión de envenenamientos interesados o el ensañamiento más macabro, todas las historias pretenden despertar pavor

Mesopotamia

Para empezar está esta carta de Baḫdi-Lim, prefecto de palacio, al rey Zimrî-Lîm (1782-1759 a.C.) de la ciudad de Mari. Se desconoce qué o quién mató a la víctima y no se puede asegurar que fuera un asesino en serie. A pesar de esto, ilustra como se informaba de estos crímenes desde hace milenios.

Dime mi señor: Tu siervo Baḫdi-Lim te envía el siguiente mensaje:
El cuerpo de un niño pequeño que apenas tenía un año se encontró yaciendo frente al viejo dique aguas arriba a las aperturas de la zanja inferior del terraplén del río [Éufrates]. El cuerpo del niño estaba abierto por su cintura y los [contenidos] de su pecho estaban situados en su cabeza y fue [mutilado] de cabeza a pies. Nadie puede saber si era niño o niña.
Nada queda de su mitad inferior. El mismo día que oí de este informe, tomé medidas estrictas; interrogué a los supervisores de los barrios de la ciudad, los artesanos y la gente del puerto, pero no apareció ningún dueño de este niño ni su padre o madre ni nadie que pudiera [arrojar luz] sobre el incidente. El mismo día, envié a Bēlī-lu-dāri a mi señor con estas noticias. También durante siete días desde que envié a Bēlī-lu-dāri, he hecho muchos interrogatorios pero [final roto]

Roma

En el 331 a.C., las autoridades romanas condenaron a 170 mujeres de envenenar a incontables hombres, alegando que murieron por una enfermedad. Según cuenta Tito Livio ( Historia de Roma, 8.18), quien prefiere no juzgar la credibilidad de la historia, el acto fue revelado a Quinto Fabio Máximo, un edil curul, por una criada, que recibió inmunidad y llevó al senado al lugar donde preparaban el veneno. Encontraron a 20 matronas, incluyendo a las patricias Sergia y Cornelia, que sostenían que eran preparados medicinales. Al ser obligadas a beberlo, cayeron al suelo. Luego aumentaron las detenidas hasta llegar a 170, considerándose más un acto de locura que de maldad deliberada.

En Historia natural XVII de Plinio el viejo, Marco Celio acusó a Calpurnio Bestia, concretamente a su dedo, de matar a varias esposas introduciéndoles acónito en sus vaginas mientras dormía.

En el 66 a.C., Cicerón ( Pro Cluentio) habla de Aulo Cluencio Hábito, quien fue acusado por su hermanastro Gayo Opiánico de envenenar a su padre Estacio Albio Opiánico y sobornar al pretor Gayo Elio Estayeno Peto en un juicio anterior. Sin embargo, se desvela que Cluencio descubrió el veneno con el que su padrastro quería matarlo, como hizo con su primo por parte de madre, Aulo Aurio Melino, quien primero fue esposo de Cluencia, hermana de Cluencio, y luego el segundo esposo de Sasia, su madre de ambos hermanos. Estacio Albio Opiánico también mató a la familia de su primera esposa Magia, es decir, sus hermanos Gneo Magio, Marco y Numerio Aurio y su suegra Dinea de Larino, para no repartir su herencia. Tras esto, Aulo Aurio fue asesinado porque amenazó públicamente con denunciarlo si descubría que Marco Aurio había sido asesinado. También mato a Lucio Aurio, posible hijo de Cluencia, y a Sexto Vibio, intermediario en la corrupción del informador del paradero de Marco Aurio. Cuando, deseoso de su dinero, le propone matrimonio a Sasia, esta rechazaba a sus hijos, por lo que Opiánico mató a tres hijos que tenía con sus esposas Novia y Papia. Otras de sus víctimas de envenenamiento habrían sido Cluencia, tía del Cluencio, a su propio hermano Gayo Opiánico, a Auria, la esposa embarazada de este, y a sus hijos. Estos últimos asesinatos, también por envenenamiento, tenían como objetivo, una vez más, quedarse con su herencia. Por si fueran pocas víctimas, también se le acusa de instigar a Avilio de matar al rico Asuvio de Larino.

Locusta de Galia, creadora de venenos al servicio de Julia Agripina y su hijo Nerón, fue ejecutada públicamente por la orden del emperador Galba en el 69 d.C. Se le atribuyeron los asesinatos del emperador Tiberio Claudio César Augusto Germánico y su hijo Tiberio Claudio César Británico. Al año siguiente, Asprenas fue acusado de asesinar 130 víctimas.

Sri Lanka

En el reino Anuradhapura, la reina Anula alcanzó su posición con el matrimonio con el rey Chora Naga quien, antes de morir Mahakuli Mahatissa, fue su cuñado. A los 12 años de reinado de Chora Naga, Anula lo envenenó y le sucedió su hijo Kuda Tissa durante tres años. Sin embargo, como el término Kuda significa "pequeño", se cree que su hijo también lo era, gobernando ella de facto. Anula se enamoró de un guardia de palacio, momento en el que mató a su hijo. A pesar de esto, el guardia no tuvo mejor suerte. Durante los cinco años de gobierno de Anula, mató al menos a cuatro esposos y consortes. Finalmente fue destituida por Kutakanna Tissa, segundo hijo de Mahakuli, y quemada viva en una pira funeraria en el palacio donde cometió sus crímenes el 42 a.C.

Yemen

En el Yemen del siglo V d.C., el rey himyarita Dhu o Zu Shenatir (لخنيعة ينوف ذو شناتر‎, reinado: 478-490) atraía a chicos jóvenes de la familia real a su casa para ofrecerles comida y dinero, sodomizándolos y arrojándolos luego por una ventana del piso de arriba. No se sabe cuántos mató, pero se cuenta que Dhū Nuwās, una de sus víctimas, lo mató apuñalándolo en el ano en su propia casa. Dhū Nuwās se convertiría en un rey judío himyarita décadas después.

Persia

En la Persia del siglo XI, una escisión musulmana perteneciente a los nizaríes daría nombre al término "asesino". Popularmente, debido a los textos de Marco Polo, se les relacionaría con el término hashashin, usuarios de hachís (حَشِيش‎, ḥašīš, "hierba seca, heno, cáñamo"), usado por sus detractores. Sin embargo, el estado nizarí en el que se basaban, fundado en el 1090 por Hassan-i Sabbah, ya se llamaba Asāsiyyūn (أساسيون, "fieles a las bases [de la fe]"). Solo los fedayines dentro de la secta actuaban como espías y asesinos de figuras clave, usando dagas, nunca venenos ni flechas. Durante sus dos siglos de existencia, su hoja probó la sangre de cientos de líderes cristianos, musulmanes y mongoles. Aunque vieron su fin con el avance de Hulagu Kan, nieto de Gengis Kan, sobrevivieron pequeños grupos. En el siglo XVI, la rama siria aún recibía encargos a un precio fijo.

India

En la India del siglo XIII, la secta thag ("embustero") o phansigars ("horca") eran un grupo de asesinos que actuaron durante seis siglos y preferían estrangular aleatoriamente con la bufanda que llevadan en torno a su cintura, especialmente tras ganarse la confianza de sus víctimas, para luego robarles. Adoraban a Kali, destructora de fuerzas malvadas, y sus devotos eran flagelados y mutilados por sus sacerdotes o levantados con ganchos en su piel mientras el público gritaba "Victoria a la madre Kali". El ejército británico los suprimió. Según los registros coloniales, entre 1830 y 1848 se sentenciaron a 4 500 thag, condenándose a muerte a 110 por asesinato. Tan solo Thuggee Buhram tenía 931 víctimas a sus espaldas cuando fue arrestado en 1840, estimándose que el culto tuvo unas 40 000 víctimas en 1812.

Europa

En Francia, tras un periodo en el que se endeudó tras construir una capilla y producir una obra de teatro cuyas vestimentas descartaba tras cada actuación y en donde invitaba a comida a los espectadores, el confidente de Juana de Arco, Gilles de Rais se interesó por la alquimia y la invocación de demonios. Al fracasar en sus intentos de invocar al demonio Barón, quien le otorgaría riquezas, un experto le dijo que el demonio estaba enfadado y necesitaba usar restos de niños. Desde 1432 o 1433, Gilles de Rais, su primo Gilles de Sillé y sus criados mataron a cientos de niños y quemaron sus restos. Antes de morir, eran vestidos con buenas ropas y disfrutaban de un banquete. Rais los sodomizaba antes o después de matarlos. Solían ser decapitados o degollados, pero también se les rompía el cuello con un palo o desmembrados. Disfrutaba besando sus cadáveres, admirando sus miembros y disfrutando de la visión de sus vísceras. En 1440, el obispo de Nantes inició una investigación tras el secuestro de un clérigo tras una disputa. Poco después le siguió una investigación secular. Gilles de Rais fue condenado por sodomía, herejía y asesinato. Fue ejecutado quemado y en la horca el 26 de octubre de 1440.


La cocinera inglesa Margaret Davey fue hervida vida en 1542 en Smithfield por envenenar a sus jefes sin razón aparente en tres casas diferentes. Entre 1573 y 1590, en Francia y Alemania, cinco asesinos caníbales fueron condenados por licantropía, entre los que se encuentran el hermitaño francés Gilles Garnier, responsable de estrangular y devorar a cuatro niños, y el granjero alemán Peter Stumpp, que devoró y mató a catorce niños, incluido su hijo, y dos mujeres embarazadas. En la misma época, el líder bandido Peter Niers mató a 544 personas, incluyendo 24 fetos extraídos de mujeres embarazadas para usarlos en rituales de nigromancia y canibalismo.


La condesa húngara Erzsebet Báthory, "la condesa sangrienta", fue acusada de torturar mortalmente a mujeres jóvenes para su propio entretenimiento. Aunque se desconoce el número exacto de víctimas, se estima que fueron más de 650, convirtiéndola en la mayor asesina en serie de la historia. Empezó con sirvientas e hijas de campesinos, pero continuó con hijas de nobles menores y chicas enviadas al gineceo a aprender las normas de conducta de la corte. Rondaban entre los 10 a 14 años y las torturaba y mataba a golpes, quemándolas con pinzas al rojo vivo, por hipotermia, inanición, mordiéndoles, clavándoles agujas e incluso cubriéndolas con miel y hormigas.

Giulia Tofana es considerada la infame inventora del veneno agua Tofana, pero debido a pudo ser hija de Thofania d'Adamo, ejecutada en 1633 por matar a su esposo, su madre pudo haberle enseñado la fórmula. Giulia le vendía el veneno a las mujeres que querían librarse de sus esposos, especialmente a las de clase baja atrapadas en matrimonios complicados. Aunque fue notificada a la autoridad papal, sus vecinos la protegían. Escapó a una iglesia donde se le concedió derecho de asilo, pero un rumor afirmaba que había envenenado el agua que llegaba a Roma y fue apresada. Confesó bajo tortura haber matado a 500 hombres entre 1633 y 1651, siendo ejecutada en 1659 junto con su hija y tres ayudantes en el Campo de'Fiori de Roma. Su cuerpo fue arrojado por los muros de la iglesia que la acogió y algunas de sus clientas fueron ejecutadas o emparedadas en las mazmorras del Palazzo Pucci.


Según la acusación, la aristócrata francesa Marie de Brinvilliers conspiró con su amante para matar a su padre en 1666 y luego en 1670 a sus dos hermanos con agua Tofana para heredar sus propiedades. También se le acusó de envenenar a los pobres que visitaba en los hospitales, pero no pudo probarse. Los cargos se basaban en las pruebas encontradas en los diarios y cartas de su amante, que tenía ocultas en una caja con la orden de no abrirse hasta la muerte de la aristócrata. En 1675 huyó a Inglaterra, los Países Bajos y a un convento cercano a Lieja, Bélgica, donde la detuvo un policía que fingía ser un sacerdote. Al año siguiente fue obligada a confesar alser torturada con el tormento del agua. Murió decapitada en 1676 y su cuerpo se quemó.


A este caso le siguió el famoso asunto de los venenos ( affaire des poisons), dado que el juicio de Brinvilliers atrajo la atención sobre otras muertes misteriosas. A partir del arresto de Magdelaine de La Grange por falsificación y asesinato se comenzó a investigar a pitonisas y alquimistas que, no limitándose a la adivinación, las sesiones espiritistas y los afrodisiacos, también vendían "polvo de herencia" (veneno) a su red clientelar. Hubo muchos acusados, pero el caso más famoso fue el de la partera Catherine Deshayes Monvoisin, "La Voisin", delatada por la envenenadora Marie Bosse. La Voisin habría servido a personalidades como Olimpia Mancini, condesa de Soissons; su hermana María Ana Mancini, duquesa de Bouillon; François-Henri de Montmorency-Bouteville, el mariscal de Luxemburgo y a Françoise-Athénaïs de Rochechouart, madame de Montespan y amante del rey Luis XIV. Según confesó La Voisin estando borracha, esta última compró afrodisiacos y realizó misas negras con ella para ganarse el favor del rey. Entre los implicados, aquellos que vendían los venenos fueron ahorcados, quemados o condenados a cadena perpetua. Los clientes fueron multados o exiliados, aunque algunos fueron ejecutados o condenados a las galeras.

Fuentes

  • Oppenheim, A. L. (1967). Letters from Mesopotamia: Official business, and private letters on clay tablets from two millennia. Chicago: University of Chicago Press.
  • Newton, M. (2006). The encyclopedia of serial killers. Infobase Publishing.
  • CICERÓN, M. (1990). Discursos (5 volúmenes). Madrid: Gredos.