Edición: 6ª ed.
Publicación: Barcelona: Tusquets, 2009
Descripción física: 304 p., 22 cm.
ISBN: 84-226-7840-3
Serie: Colección Andanzas, 431 / Serie Wallander
CDU: 821.113.6-31"19"
Signatura: N MAN asePrecio: 7,95 euros en la Casa del Libro
OS PRESENTO AL COMISARIO WALLANDER
Esta es, cronológicamente, la primera novela que tiene como protagonista al comisario de policía Kurt Wallander ya maduro (porque hay una, titulada La pirámide, que es la novena de la serie, pero recoge sus primeros casos como policía novatillo). Leyendo cosas por ahí me enteré de que en España no se habían publicado por orden las novelas de la llamada "Serie Wallander"; supongo que por eso fue por lo que la mayoría de la gente leyó en primer lugar La quinta mujer, igual que me pasó a mí.
En cuanto al autor, a modo de resumen, sólo decir que Henning Mankell nació en Estocolmo en 1948, y ha escrito narrativa de lo más variado, desde obras de teatro, novelas infantiles y juveniles, artículos y hasta novela negra que, precisamente gracias a su personaje del inspector Wallander, es el género que le ha hecho más conocido. De hecho, esta novela en concreto hizo que la Academia Sueca de Novela Negra galardonara a Mankell con su premio llamado "Llave de cristal" a la mejor novela policiaca.
El argumento y los personajes
La historia comienza cuando el inspector Wallander, de la comisaría de la ciudad de Ystad, se pone al frente de una investigación bastante complicada: el asesinato de un matrimonio de ancianos, Johannes y Maria Lövgren), en una granja de Lenarp, a las afueras de la ciudad. Lo más inquietante es que el marido ha sido torturado salvajemente, y la mujer consigue sobrevivir a duras penas. Sin embargo, el caso se complica cuando unos días después, ya en el hospital, muere, no sin antes pronunciar una sola palabra: extranjero. Esto, unido a la ola de inmigración que está teniendo lugar en los últimos tiempos en Suecia, hace que surjan algunos grupos xenófobos que no dudan en culpar a los extranjeros de todas las cosas que están pasando en el país de un tiempo a esta parte.
El protagonista de la novela, cómo no, es el comisario de policía Kurt Wallander, que a pesar de que en algunos momentos tiene dudas de si ha elegido bien, en realidad sabe con certeza que nunca podría dedicarse a otra cosa en la vida más que a ser policía. Sabemos que nuestro protagonista acaba de separarse de su mujer, Mona, con la que tiene una hija llamada Linda (en plena adolescencia, sin saber aún qué va a hacer con su vida, y que choca constantemente con Wallander); que no termina de asimilar su reciente separación; y que, para remate, ni siquiera consigue llevarse bien con su padre, que está empezando a sufrir los achaques propios de la edad y, entre otras cosas, lleva toda la vida echándole en cara a nuestro comisario que un día decidiera hacerse policía, y se pasa la mayor parte del tiempo pintando siempre el mismo cuadro: un paisaje, a veces con un urogallo y a veces sin él. Debido al deterioro de su padre, Wallander se ve "obligado" (ya que no se llevan demasiado bien) a tratar de vez en cuando con su hermana Kristina, a la que ve muy poco porque vive en Estocolmo.
De hecho, Wallander se vuelca en su trabajo (en el que día a día demuestra ser todo un experto) porque los demás aspectos de su vida son un desastre absoluto: además de todo lo anterior, como él mismo dice, su vida sexual es inexistente, no se cuida demasiado y está empezando a ganar bastante peso, y de vez en cuando le da demasiado a la bebida. A lo largo de la novela iremos conociendo a otros personajes, en su mayoría colegas de Wallander, que en algunos casos nos acompañarán en el resto de la saga:
- los policías Peters y Norén, que hacen una breve aparición;
- Rydberg, un veterano que es quien le ha enseñado a Wallander todo lo que sabe;
- Martinsson, el más novato y último en llegar;
- Svedberg, un tipo muy peculiar que tiene unas rarezas que a veces hasta te hacen gracia;
- Ebba, la simpática secretaria de la comisaría, que es casi como si fuera una madre;
- Sten Widén, un viejo amigo de Wallander que hace años soñaba con ser cantante de ópera;
- Hanson, otro policía de los más veteranos, y casi siempre la mano derecha de Wallander;
- los fiscales Per Akeson y Anette Brolin...
Además de ir presentándonos a todos, junto con los detalles propios de la investigación policial, a lo largo de la novela iremos conociendo a cada uno de estos personajes; en algunos Mankell profundiza más, y de otros sin embargo tan sólo nos da unas breves pinceladas. Pero el denominador común a todos ellos es que son totalmente creíbles.
También resulta totalmente creíble el día a día del trabajo dentro de las dependencias policiales; no sé si realmente la policía sueca seguirá los métodos que nos narra Mankell, y supongo que se habrá permitido alguna licencia, pero la forma de trabajar de los policías resulta perfectamente lógica. Además de recrearse en la descripción de los hechos, de los pasos que la policía va siguiendo en la investigación, o incluso de los diferentes momentos en los que se desesperan porque tienen la sensación de que se han quedado estancados en algún punto y no consiguen avanzar, el autor hace un retrato bastante detallado de la sociedad sueca (supongo que en cierto modo esto será también una especie de crítica).
En este caso concreto, Mankell se sirve de la investigación de estos asesinatos (aparentemente cometidos por extranjeros) para sacar a la luz los perjuicios que los suecos tienen hacia los inmigrantes, relatando entre otras cosas la oleada de ataques a varios extranjeros residentes en Ystad, que tienen lugar tras conocerse el asesinato de los dos ancianos. Por supuesto, no digo que esta forma de pensar incluya a todos los suecos, pero al leer la novela puede que hasta se te caiga del todo esa idealización que la mayoría solemos tener de ellos; porque imagino que casi todo el mundo, al pensar en suecos, los ve como personas civilizadas, de mente muy abierta, y con un país que se nos antoja como algo idílico. A lo largo de la lectura de la novela iremos descubriendo "el lado oscuro" de los suecos.
Conclusión
Como el resto de novelas de Mankell que he leído hasta ahora, también ésta me ha resultado de lo más amena; no es la que más me ha gustado de las nueve, pero igualmente le pongo cinco estrellas porque a algunas de las otras les habría puesto seis si hubiera sido posible. Es de las típicas novelas que te tiene en vilo prácticamente todo el tiempo (a veces el ritmo es más lento, pero casi todo el rato vas descubriendo cosas junto con la policía, e incluso tienes momentos en los que llegas a sufrir por lo que les pasará a los personajes). La primera vez que leí a Mankell era un poco reticente porque no tenía ni idea de si la novela que me prestaron sería el típico best-seller, pero enseguida me di cuenta de que no tenía nada que ver. Supongo que es la mezcla de novela policíaca con algo más: el autor no se limita a exponernos el caso y las pesquisas que lleva a cabo la policía para dar con la solución, sino que nos va introduciendo en la vida de cada uno de los personajes, cada uno con sus manías, sus rarezas, su situación personal... Como decía antes, todos ellos son completamente creíbles y creo que ese es uno de los trucos de Mankell para que sus novelas tengan tanto éxito. De hecho, después de una o dos novelas, el inspector Wallander es tan cercano que es casi como si fuera un miembro más de la familia.
Si no os gustan demasiado las novelas policíacas, me atrevería a decir que puede que Wallander os cautive. Y si, por el contrario, sois amantes de este género, sin duda Mankell os atrapará. Y si además sois como yo, maniáticos de leer las sagas por orden, Asesinos sin rostro es la mejor manera de empezar a conocer a este comisario tan majete.