Dice una vieja regla jurídica no escrita que no se puede legislar bajo el impacto emocional. Es habitual escuchar a quienes han perdido a un hijo, a un padre o a un compañero la pena de muerte o la cadena perpetua para los culpables. Recordemos a la madre de Sandra Palo pidiendo endurecer la Ley del Menor tras el asesinato de su hija a manos de menores de edad.
El legislador debe ser frío para ser ecuánime.
Con este precedente, el Partido Popular quizá fiche ahora a Ricardo Sáenz de Yniestrillas para que le asesore en asuntos relacionados con la Memoria Histórica o a miembros del coro de de la catedral de Ratisbona para que le ilustre sobre pederastia.
Asesores emocionales para complacer el morbo del pueblo exaltado y sediento de sangre y de venganza.