Fotografía del Restaurante Asgaya
Hace unas semanas estuvimos descubriendo la cocina del restaurante Asgaya, una cocina asturiana moderna y con buenos productos.
El restaurante Asgaya está situado en la calle Doctor Fleming 52, en la zona de Cuzco, no muy lejos del estadio Santiago Bernabéu.
Tanto la zona de la barra, que es la que te da la bienvenida al local, como el comedor, tienen un ambiente acogedor, elegante y moderno, que encaja a la perfección con la comida que después allí puedes degustar.
Fotografía del Restaurante Asgaya
La maitre del local, María José, nos atendió amablemente, al igual que el resto del personal, y nos ofreció un cocktail de bienvenida mientras mirábamos la carta que ofrecía el restaurante.
Nos dejamos llevar por las recomendaciones de María José, nos aconsejó pedir varios entrantes en formato media ración para poder probar más cosas, una gran idea, al ir dos personas se agradece poder tomar platos en este formato y así probar más platos de la cocina de los restaurantes.
Regamos la cena con un Albariño, Do Ferreiro, y la acompañamos con una cesta de panes calentitos que estaban deliciosos.
El primer plato que degustamos fueron las sardinas sin espinas, asadas, ahumadas con hierbas silvestres, sobre hogaza.
No dejéis de probar este plato, es una delicia. Cuando lo traen a la mesa el olor a ahumado ya te hace salivar y al paladar es un auténtico gusto.
El segundo entrante que probamos fue la lasaña de centolla cremosa con verduras sobre crema de andariques.
Andariques es el nombre que en Asturias le dan a las nécoras. Esta lasaña tiene gran sabor a mar y un toque picante que le dan las guindillas que decoran la lasaña.
Una entrante delicioso es este pulpo sobre patatas y aire de pimentón dulce.
Me encanta el toque que le da pasar por la plancha el pulpo, y este pulpo además estaba súper tierno. El aire de pimentón le daba ese toque ahumado que le va tan bien al pulpo. Muy buen plato.
Y claro, yo no podía estar en un restaurante asturiano sin probar algo de cabrales, me encanta el queso y este en especial.Huevos rotos al cabrales, puerros y cebollitas sobre crujiente de fariñes.
Los fariñes son tortas hechas con harina de maíz, sobre ella puerros y cebollitas con una crema de queso cabrales y un huevo pochado que luego rompen.
Muy bueno, me gustó la combinación de sabores, el cabrales es un queso con el que es difícil cocinar ya que es tan fuerte que suele "comerse" el sabor del resto de ingredientes, pero en este caso consiguen un equilibrio.
Llegamos al segundo plato, pedimos la merluza a la sidra con almejas, la cual nos recomendaron y no se equivocaron al hacerlo.
El punto de la merluza era estupendo, estaba muy jugosa y la salsa le daba un sabor muy rico.
El dulce, tarta de manzana.
La verdad es que normalmente puedo pasar perfectamente sin el postre, no soy muy de dulce, pero he de reconocer que este postre es uno de esos que te hace soltar un "mmmmm" al comerlo.
Masa de hojaldre crujiente con manzana, calentito, y encima helado de calvado, un aguardiente.
Para terminar, junto a los postres, unos petit fours, gominola de frambuesa y crujientes de chocolate blanco.