Rodada con un presupuesto reducido en 1981, THE EVIL DEAD, ópera prima de Sam Raimi, supo consolidarse como una de las películas de terror más memorables jamás realizadas, estableciendo idóneamente un contrapunto entre los más macabros horrores y los más torpes pasos de comedia en pantalla.
Las pertinentes secuelas de THE EVIL DEAD redoblaron la irreverente apuesta de Sam Raimi y Bruce Campbell, su amigo y eterno actor fetiche. Tal vez la saga no haya logrado convertirse en un suceso rutilante de la cartelera, pero desde hace décadas es adorada como un clásico de culto. Después de un intento por resucitar la franquicia con el fallido reboot / secuela homónima, parecía irrevocable su destino ante la vorágine de innecesarios refritos de una industria que aun hoy parece no encontrarle la vuelta de tuerca al género del terror, salvo contadas excepciones.
Y entonces sucedió, la señal STARZ estrenó ASH vs THE EVIL DEAD en la noche de Halloween pasado. La serie retoma la fórmula de la trilogía clásica, haciendo borrón y cuenta nueva ante la decepción absoluta de la remake de Evil Dead (2013). Raimi tenía una cuenta pendiente no solo con sus seguidores, sino consigo mismo, después de haber perdido un poco la brújula de su carrera luego de una superproducción como Spider-Man 2, última película en la que se disfrutó de un Raimi autentico. Sin lugar a dudas pasaron varios años hasta que el realizador volviese a adherir con su impronta clásica en un arduo camino para congraciarse con la (a)normalidad y delirios que tanto celebran sus seguidores.
ASH vs EVIL DEAD resulta fiel a su esencia, 30 años después de la conclusión de la saga cinematográfica de culto, el formato de la TV encuentra a Ash (Bruce Campbell) presto a emprender una noche más en pos de ganarle al derrotero de la soledad de ronda por los bares, instancia mas que irrisoria donde comenzara a ser atormentarlo por extrañas y demenciales visiones de un mal que ha sido liberado.
Cual caja de Pandora, puede que los sangrientos acontecimientos estén accidentalmente vinculados con una noche de excesos y lujuria desatada en la que Ash y una amiga de turno, leyeran algunas líneas cruciales del Necronomicon...Mientras se suceden las demoníacas posesiones en las inmediaciones, Ash continúa atascado en su habitual y cansino trabajo de hipermercado, allá donde la pantalla grande lo dejo durante los últimos años. Aquel guerrero que lucho junto al Rey Arturo ante el ejército de los muertos, es hoy el empleado más veterano del salón al que todos rehúyen, salvo el buen Pablo (Ray Santiago), un empleado de Honduras que inmediatamente se convertirá en su partener y compañero de aventuras en virtud de destruir el Necronomicon, libro de los muertos, una vez por todas.
El casting depara a Lucy Lawless (XENA, the princess warriror) un misterioso personaje que se develara en el transcurrir de la serie, pero su presencia es un verdadero placer para los entusiastas del género fantástico.
El caso es que ASH vs EVIL DEAD, pone de manifiesto la vigencia de la eterna sociedad entre Sam Raimi y Bruce Campbell, haciendo uso de todo recurso humorístico como el slapstick y comedia física que atraviesa por el cuerpo de Campbell y su oficio actoral. Y bien vale enfatizar el recurso del Slapstick, tan asociado a la pequeña pantalla desde seriales como "Los tres chiflados" o "Abott & Costello".
Una mujer poseída que retuerce su propia cabeza, para desatar la más explícita, explosiva y pegajosa expresión del Gore, engalanando secuencias de acción de factoría vintage, que tan bien le sientan a Sam Raimi como docto realizador en el uso de artilugios y efectos especiales de la vieja escuela, escenas que denotan toda pericia y un amor por lo artesanal del genero del horror. Algo que todo entusiasta de Evil Dead habrá de vitorear a viva voz.
ASH vs EVIL DEAD es la muestra cabal de aquello que Sam Raimi y Bruce Campbell han prometido durante varias décadas: Un hilarante regreso a la saga de EVIL DEAD, pero esta vez, valiéndose del gran momento que atraviesa el formato de las series televisivas.