Evidentemente, este tipo de acciones no son vulgares ataques de phising, como hemos hablado en los últimos post, sino que se requiere una técnica avanzada. Ante la falta de reivindicaciones, podremos especular sobre la autoría de los hechos: un grupo religioso conservador, un grupo de ladrones en busca de tarjetas de créditos, una astada con ganas de revancha... Sea como fuere, las aventuras discretas que la web ofrecía han quedado aireadas y un fichero que recogía los datos de millones de usuarios ha sido divulgado impunemente. Como poco, la empresa debería replantearse su responsabilidad en el asunto, por los daños causados a sus clientes.
El circo mediático tampoco ha dejado pasar la oportunidad de sacar tajada, y alguna emisoras no han dudado en sacar testimonios de los afectados, así como descubrir en directo a una oyente la infidelidad de su pareja. Sin duda, por su alcance, por el número de afectados y por la divulgación mediática, es una noticia que muestra por una parte como la red se convierte en una extensión del mundo físico y por otra parte como la seguridad es un problema al que nadie es ajeno y que sin embargo ni usuarios ni grandes empresas son capaces de controlar.alfonsovazquez.comciberantropólogo