Poco tiene que ver esta Holanda que disputará la final de Sudáfrica 2010 el domingo frente a España con aquella que supo maravillar y revolucionar al Mundo con su “fútbol total” en la década del 70 de la mano de Rinus Michel. Sin embargo, con una propuesta agresiva y ofensiva, la Orange fue una de las mejores selecciones del Mundial y arribó a la final de manera más que merecida y justificada.
Si bien los dirigidos por Bert van Marwijk nunca se mostraron ampliamente superiores, siempre lograron vencer con autoridad y suficiencia a su rival de turno.
En la cabeza de los holandeses siempre está el arco contrario. Sin tener un juego vistoso como el del seleccionado español, Holanda intenta generar peligro constante al fondo rival.
El conjunto de van Marwijk es un equipo compacto, sólido de mitad de cancha para atrás y que apuesta a sus individualidades en el aspecto ofensivo. El doble cinco conformado por Nigel de Jong y Mark Van Bommel se dedica pura y exclusivamente a destruir el circuíto futbolístico del adversario, presionando y achicándole los espacios a los creativos y conductores rivales. Será interesante observar si logran interrumpir el circuíto Iniesta-Xavi.
El aspecto ofensivo depende totalmente de lo que hagan las dos máximas figuras holandesas: Arjen Robben y Wesley Sneijder. El crack del Bayern Munich es incontenible en el pie a pie y tiene una facilidad para enganchar y disparar con su zurda increíble e imposible de adivinar. Sneijder es el creativo del equipo, que maneja los hilos futbolísticos de una Holanda que descansa la pelota en sus pies. A sus condiciones de lider y conductor le agregó una importante cuota goleadora, decisiva en los partidos mundialistas.
Dirk Kuyt, quien se desempeña por el sector izquierdo del ataque holandés, es la figura silenciosa de un equipo que también conoce de sacrificios. El delantero del Liverpool se adecuó a la perfección a su nuevo rol, con más responsabilidades defensivas que ofensivas. Sacrificado y voluntarioso, Kuyt es el quinto máximo recuperador de su equipo, por detrás de los defensores que conforman la última línea holandesa (Mathijsen, Heitinga, Van der Wiel y Gio Van Bronckhorst).
Holanda sufre la ausencia de un goleador nato, ya que Robin Van Persie tiene la costumbre de tirarse atrás para asociarse a los mediocampistas y pierde peso en el área.Van Persie no es un goleador nato, no es un jugador de área al estilo Van Nistelrooy o Huntelaar.
El fútbol tiene una deuda con Holanda, que merecería tener en su palmarés uno o dos campeonatos del Mundo. La Naranja Dinámica va en busca del título que la Mecánica no pudo conquistar. Para eso tendrá que sortear al mejor seleccionado del Mundo. ¿Lo logrará?