Todavía antes del gol, cada pelota robada del Barcelona, que solamente fueron dos porque el gol de Puyol llegó muy rápido, era bien jugada como siempre pero con una diferencia: En vez de lateralizar, empezó a jugar en vertical hacia atrás y hacia delante. Este juego movía la presión del Real Madrid produciendo aún mayor desgaste, y desarmándole la sincronización defensiva. Es decir, moviendo la pelota hacia atrás y hacia adelante, la línea de presión se mueve igual que siempre pero sin ocupar espacios a lo ancho, de manera que los que no están presionando no van a saber si ir detrás de la línea de presión o si ocupar el espacio para evitar el pase filtrado. Por tal motivo los rechazos del Real Madrid se dan cada vez más atrás y más cerca del arco. Ahí es cuando siente el Madrid que está siendo desbordado y a punto de quebrarse la muralla defensiva. El gol viene en una pelota parada, de modo que no es posible comprobar si el juego del Barcelona iba a dar resultados o no.
No sé si lo estoy explicando bien, si alguien quiere hacer alguna corrección o preguntar algo, será aceptado y agradecido. Para mañana queda lo único de lo que se ha hablado en los medios esta semana, mientras tanto aquí tratamos de hablar de fútbol, que es lo que más nos gusta.