Para los que no tengan ni idea de cómo funciona el proceso editorial, quizá se hagan una idea de la cantidad de factores que concurren en el proceso de impresión de un libro; y de la cantidad de cosas que hay que hacer bien para que el resultado final sea correcto. Y a lo mejor comprenden un poco mejor el porqué de los precios finales.
En este proceso no se incluyen ni derechos del autor ni traductores, ni diseños de portada, ni almacenaje, ni distribución ni devoluciones.
Y es que el proceso editorial es más complejo de lo que mucha gente cree.
Quizá, también, los detractores del libro electrónico -fundamentalmente editores temerosos- se harán cargo de cuán importante y útil resulta a día de hoy la generación de material de distribución electrónica.
Lo siento: está en inglés. Pero se entiende perfectamente.