Así se las ponían a Fernando VII

Publicado el 14 febrero 2010 por Rgalmazan @RGAlmazan

Allá por el s. XIX, dicen que había un rey liberalote al que le gustaba jugar al billar. Como suele ocurrir en estos casos, había una corte de aduladores que aprendió a jugar al billar para poder dejarle las bolas colocadas a Fernando VII, que así se llamaba, para que de esta forma sólo tuviera que empujar el taco. Naturalmente la cosa no era gratis. El rey en agradecimiento les concedía ciertos privilegios y les mantenía como cortesanos favoritos. ¡Faltaría más!, un rey es un rey y no es cuestión de que pierda ni al billar.

Pues bien, esta historia que es de donde sale el famoso dicho, la protagonizó el padre de una tatarabuela del actual rey. Y les quiero demostrar que la cosa no ha cambiado mucho.

Hoy, el rey, ese señor puesto por Franco que no ha sido nunca votado –hay quien dice que fue refrendado con la aprobación de la Constitución, naturalmente junto con todos los demás artículos y en circunstancias coercitivas—, está jugando a hacer carambolas fáciles, y lo que es más grave, hay quien le pone las bolas en posición (hablo de las del billar, no quiero meterme en otras profundidades).

Resulta que a pesar de que nadie le ha dado vela en este entierro, de que el papel de mediador se lo ha otorgado a sí mismo en un momento donde parece que la aceptación de la monarquía baja, --en la última encuesta de hace un par de meses, los ciudadanos favorables a la República han pasado a ser el 25%, mientras que hace diez años estaba entre el 11 y el 15%-- y en el que la familia real ha llegado a la ridiculez de borrar de la foto oficial al ex, Marichalar, y lo que es más ridículo a retirar la figura del tal Jaime del Museo de cera, al monarca le da por llamar a los top del país para animarles a hacer un pacto para salir de la crisis. O sea que le ha dado por arreglar el país. Y es que, el rey está preocupado, quién lo despreocupará, el despreocupador que le despreocupe buen…

Claro que a nadie se le escapa que en esta operación de billar, hay a quien le ha venido de perlas colocar las bolas. Como todos ustedes saben, el rey –aunque sea sólo por no trabajar— no da este paso sin que se lo pida el gobierno. Y es este gobierno, al que le ha venido al pelo, quien en defensa de una política económica que como saben no atraviesa un momento boyante, quiere echar mano del monarca para que le haga la carambola (que no es arreglar la crisis, sino concertar y repartir responsabilidades). Por lo que a Juan Carlos le ha dado por llamar a consultas a los popes del reino. En primer lugar a Elena Salgado, después se han pasado por la Zarzuela los representantes de los sindicatos mayoritarios, Toxo y Méndez, y parece que están invitados a ir, por allí también, el presidente de la patronal, el famoso quiebraempresas Díaz Ferrán, y el presidente del PP, Mariano Rajoy.

Hay gente retorcida, y es que en este mundo hay de todo, que le da por preguntarse de donde ha sacado las competencias para gobernar no previstas ni en la Carta Magna. Y otros, –seguramente rojos también-- piensan que que la situación debe ser gravísima para que Juan Carlos se mueva y parezca que hace algo, como si no tuviera bastante con el peso de la púrpura. Porque si no, y no lo digo yo --que como todos ustedes saben no me atrevería a realizar preguntas tan malignas—, ¿cómo es que no ha intervenido en cuestiones tan graves como cuando Aznar y Cía nos metió en una guerra o cuando se mintió ante el asesinato de 192 vícitmas el 11-M, con el fin de ganar unas elecciones?

Y qué decir de este gobierno que le está colocando las bolas para beneficio propio y ajeno. ¡Qué tristeza ver a Zapatero, al gobierno y al PSOE pidiéndole ayuda para resarcir su imagen!

¿Y del PP qué? Ahora resulta que no quieren ir a ver al rey. No, si estos peperos –que son más monárquicos que el propio rey—con tal de no colaborar en nada y con ese patriotismo de hojalata que les caracteriza, me temo que antes de ayudar a Zapatero se vuelven republicanos. ¡Sólo nos faltaba eso!

Salud y República