Hace un año, en el MWC 2015 y en Barcelona, Samsung presentó el Galaxy S6. Contexto: hasta aquel momento, los surcoreanos vencían pero no convencían. Tenían las ventas, pero no el beneplácito generalizado de la crítica. Siempre en el punto de mira, con el S6 y su versión Edge terminó por renunciar a muchos de sus principios para presentar lo mejor que se le recordaba. Cámara, pantalla, rendimiento, diseño. Hasta la capa de personalización se miraba con más benevolencia que suspicacia.
Tras muchos meses de espera y de filtraciones, por fin conocemos con todo detalle el nuevo buque insignia de la firma surcoreana Samsung, el nuevo Galaxy S7 y su variante con pantalla curva, el S7 edge. Estos nuevos terminales, que vienen para encabezar la gama más alta del panorama Android, y de la telefonía en general, han sido dos de los dispositivos más esperados del año.
Características y todo lo que debes saber sobre estos nuevos terminales tope de gama de Samsung para 2016.
Diseño continuista, características renovadas
Tal y como vemos en la tabla de especificaciones, y al igual que ya sucedió con sus antecesores, los S6 y S6 edge, nos encontramos con dos dispositivos con características muy parecidas, y que solo se diferencian en algunos detalles como el tamaño y la curvatura de la pantalla, además de la capacidad de la batería.
Parece que, como ya sabíamos, Samsung ha querido seguir la línea de sus antecesores que tan buen resultado les ha dado en los años anteriores, pero añadiendo características valoradas por los usuarios que habían desaparecido en ediciones anteriores de la gama Galaxy S.
Los dos móviles, el Galaxy S7 y el Galaxy S7 Edge, tienen prácticamente las mismas prestaciones, aunque diferente tamaño. El S7, en efecto, incorpora una pantalla de 5.1 pulgadas, mientras que la del S7 Edge crece hasta las 5.5 pulgadas y tiene los bordes curvos. Dos estilos diferentes, pues, para lucir casi casi el mismo teléfono.
Estéticamente, ambos terminales son muy parecidos a los anteriores S6 y S6 Edge. Solo un usuario experto y muy acostumbrado a Samsung sería capaz de diferenciar entre ambas generaciones. Paneles súper Amoled con calidad QHD, metal y cristal por ambas caras, Gorilla Glass 4 para protegerse de golpes y arañazos, bordes redondeados... Pero ahí, en el primer vistazo superficial, se acaban las similitudes, ya que los nuevos Galaxy S7 derrotan a los modelos de la generación anterior prácticamente en todos los terrenos.
Resistentes a agua y polvo
En primer lugar, los dos nuevos terminales llegan con la certificación IP68, lo que significa que son resistentes al polvo y al agua. De hecho, podremos enterrarlos en la arena o sumergirlos hasta un metro de profundidad durante un tiempo máximo de treinta minutos sin que ningún componente interno resulte dañado. Una característica que hasta ahora era prácticamente exclusiva de los terminales de Sony. Y en segundo lugar, la buena noticia de que Samsung ha decidido recuperar la posibilidad de ampliar la memoria del dispositivo con tarjetas MicroSD, algo que en los Galaxy S6 se había perdido. En esta ocasión, la firma coreana ha optado por una bandeja doble (en una única ranura), en la que podemos colocar tanto la tarjeta nano Sim como la de memoria externa.
Por dentro, tanto el S7 como el S7 Edge montan el poderoso procesador Exynos 890, el ultimo chip desarrollado por Samsung. Se trata de un octacore con cuatro núcleos a 2.4 Ghz y otros cuatro a 1.6 Ghz y que cuenta con funciones avanzadas para limitar el consumo de batería al mismo tiempo que acelera y aumenta el rendimiento. Eso, junto a los 4 GB de memoria RAM, significa que nos encontramos, sin duda alguna, ante dos de los terminales más ágiles y potentes de este año.
Mayor batería
En cuanto a batería se refiere, el S7 incorpora una de 3.000 miliamperios, mientras que el Galaxy S7 Edge, más grande, luce una algo mayor, de 3.600 miliamperios. El fabricante asegura que, en ambos casos, podremos estar entre trece y quince horas seguidas reproduciendo vídeos en calidad HD. O, con un uso más normal, pasarrnos dos dias completos sin necesidad de acercarnos a un enchufe.
Los dos «smartphones», por supuesto, cuentan con un sistema de carga rápida y ofrecen la posibilidad de limitar el consumo apagando algunas funciones no esenciales, o activando la modalidad de máximo ahorro, que corta de raíz la mayor parte de las conexiones, baja al mínimo la resolución de la pantalla y nos garantiza más de doce horas de funcionamiento (eso sí, bajo mínimos y solo haciendo lo esencial) con apenas un 10% de batería.
Tanto el S7 como el S7 Edge están equipados con la función «Always On» que permite que incluso con la pantalla apagada podamos ver, a nuestra elección, un reloj, el calendario, las notificaciones o un dibujo. A pesar de que el «display» está siempre encendido, prácticamente no consume batería ya que, a diferencia de la pantalla completa, el sistema solo enciende los píxeles necesarios para mostrar la opción que hayamos elegido.
Mejorada versión Edge
Otra novedad importante está en la gran mejora experimentada por Edge, la pequeña franja vertical de pantalla con la que Samsung aprovecha la curvatura del panel para mostrar algunas notificaciones e iconos de apps o contactos favoritos. Ahora Edge UX es más amplia y grande, y si deslizamos el dedo desde el borde de la pantalla curva hacia el centro del terminal veremos que se extiende hasta ocupar un tercio de la pantalla principal, lo que permite tener acceso a muchas más acciones y aplicaciones. Y tambiéna las herramientas rápidas (Quick Tools) que nos permite activar y desactivar la linterna, mostrar una brújula o incluso una regla en esa zona de la pantalla.
Pero quizá el mayor de los esfuerzos de actualización llevados a cabo por Samsung sean los que tienen que ver con la cámara. Resulta curioso ver cómo, aunque el número de megapixeles del sensor baja hasta 12, la calidad de las imágenes y su brillo aumentan de forma espectacular. La razón está en el Dual Pixel Sensor, que combina pixeles de 1.2 nanómetros con otros de 1.4 nanómetros, un 56% más grandes que los usados en los sensores de la anterior generación y capaces, por lo tanto de absorber mucha más luz. Y es que la nueva cámara supera a la anterior, que ya era excelente, prácticamente en todos los parámetros. Desde un 95% más de brillo a un un auto enfoque que es cuatro veces más rápido que el del S6 en entornos de poca luz y dos veces más rápido en ambientes bien iluminados.
El nuevo procesador también consigue que el terminal tenga hasta un 85% más de rendimiento que los modelos anteriores a la hora de ejecutar juegos, y reduciendo además su consumo. Es decir, podremos jugar durante más tiempo, sin saltos ni interrupciones, y con un rendimiento mucho mayor incluso en los juegos más exigentes. Completan el abanico los sistemas de pago «online» Samsung Pay, que este año se podrá usar también en España, y Knox, el sistema de seguridad de Samsung que permite el uso de aplicaciones profesionales y que ha sido certificado por los gobiernos de un buen número de países.
De momento no se ha revelado el precio de estos dispositivos, pero según los rumores que hemos conocido hasta ahora, probablemente no difieran mucho de lo que vimos el pasado año con los modelos S6 y S6 edge, por lo tanto estaremos ante unos dispositivos con un precio alto, pero razonable, teniendo en cuenta que nos encontramos ante unos verdaderos tope de gama. En cuanto a la fecha de lanzamiento, suponemos que en los próximos meses debería llegar a todos los mercados.