Asimov y la creatividad

Publicado el 08 enero 2016 por Iván Rodrigo Mendizábal @ivrodrigom

Por Cristián Londoño Proaño

(Publicado en el blog del autor, CIENCIA FICCIÓN, FANTASÍA Y OTRAS IMAGINACIONES, Quito, el 5 de febrero de 2015)

Isaac Asimov es uno de los principales referentes de la ciencia ficción. Nació en 1920 en la ex- URSS, se nacionalizó norteamericano y murió en 1992. Entre sus obras más emblemáticas podemos mencionar «Yo, Robot» o «La Saga Fundación». Este escritor también ejerció la divulgación científica y la crítica literaria. Es interesante reflexionar sobre lo que pensaba de la creatividad. ¿De dónde vienen las ideas? ¿Cómo se las crea? ¿Quiénes las crean?

Según Asimov, las nuevas ideas vienen por la audacia del pensamiento. No vienen por un grupo de personas que se reúnen y generan nuevas ideas. En el Ensayo «On Creativity», publicado por MIT Technology Review, Asimov señala que: «no se desarrolla como una «nueva idea», sino como un mero «corolario de una vieja idea»». Asimov acierta. Por ejemplo, las ideas de Newton sobre la gravedad universal o la Teoría de la Relatividad de Einstein nacieron de la mente solitaria de estos científicos.

El gran referente de la ciencia ficción contemporánea menciona que las ideas creativas vienen de la sinrazón, de las ideas que parecen poco razonables, de las ideas que parecen locas, por ejemplo, hace muchísimos siglos, hablar que la Tierra era redonda o que la Tierra giraba alrededor del Sol era una idea descabellada.

En este sentido, las personas que generan nuevas ideas deben tener un carácter especial. En palabras de Asimov: «Una persona dispuesta a ir en contra de la razón, la autoridad y el sentido común. Por lo tanto, debe ser una persona de gran confianza en sí misma». El célebre escritor lo llama: personas excéntricas. Cabe mencionar que en el caso de Asimov era una persona excéntrica. Asimov creó las Tres Leyes de la Robótica que ahora consideremos debe cumplir un robot. Incursiona nuevas palabras en el diccionario como «Robótica», y «positrónica». La primera se aplica a un tipo de tecnología y la segunda, se la designa para las particulares subatómicas de la antimateria.

Según Asimov, la persona creativa debe trabajar en solitario. Dice: «Su mente trabaja su información en todo momento, incluso cuando él no es consciente de ello». Y cuestiona el trabajo creativo colaborativo, porque señala que los grupos son afectados por la inhibición y el carácter de las personas. Primero, el creativo puede inhibir el proceso por el hecho de estar presentes otras personas. Segundo, hay personas de carácter fuerte que difícilmente podrán dejar que otros entreguen ideas, porque ellos las imponen.

Para la generación de nuevas ideas, advierte Asimov, el creativo debe tener un clima de relajación, permisividad, jovialidad, de permanente buen humor. Y debe alejarse del sentimiento de responsabilidad. En este sentido, lo que dice Asimov es verdad. Hay muchos casos en que se paga a los creativos para que generen nuevas ideas. Y los creativos se inhiben y fracasan, porque las nuevas ideas «huyen» de sus cerebros, porque tienen anclado el sentimiento de responsabilidad.

El creativo debe ser un sujeto libre. Debe tener un permanente sentido de ir en contra del sentido común, de la sinrazón, que se cuestione la realidad. Sólo así se podrá generar nuevas ideas y no replanteamientos de viejas ideas.

El creativo debe permitirse volar, quitarse las inhibiciones y pensar que TODO es posible, que quizás todo el mundo piense que esta loco y que no se puede cumplir, pero él esta consciente que su idea planeta algo que, quizás, revoluciona algo más adelante. Es decir, hay que crear en futuro, y no en presente.

Amable lector, ¿se anima a ser creativo?


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