Asiste a tu propio funeral

Publicado el 01 junio 2014 por Raquelcabalga @RaquelCabalga

La propuesta para esta semana puede parecerte un ejercicio complicado o de mal gusto aunque… ¡Voy a arriesgarme pues los beneficios te compensarán!

Me gustaría que imaginaras que asistes a tu propio funeral y que lo hagas con todo lujo de detalles: qué ves, oyes, hueles, sientes, escuchas, percibes… Tómate tu tiempo y cuando termines, si así lo deseas, anota todo aquello que te haya llamado la atención y permítete sentir las emociones que afloren en el instante.

Cuando estés preparado/a para volver al momento presente pregúntate: ¿me sentí contento/a por lo que fui? Las respuestas a esta pregunta nunca son iguales aunque sí coinciden en algo y es que la mayoría hubiéramos deseado ser más conscientes de nuestra existencia, otros hubieran querido sufrir menos por pequeñeces o haber pasado más tiempo con las personas a las que amaban. Quizás llegues a la conclusión de que, desde el lecho de muerte, hubieras elegido hacer lo que te apasionaba y no lo que esperaban que hicieras…

Sea como fuere, no debes tener miedo de darte cuenta de las cosas que cambiarías o harías de otra forma. Si te fijas… ¡Aún estás a tiempo de llevar a cabo los cambios que creas convenientes para sentirte feliz y satisfecho/a el día en que abandones esta vida!

Dedicar un momento a considerar tu propia muerte te llevará directamente a reconsiderar tu vida. Mediante este ejercicio tienes la oportunidad de ponerte en contacto con quien realmente eres, con tus prioridades y tus deseos. Ama, ríe, llora, baila, canta, grita, nada, corre, viaja, sé feliz… Haz todo lo que lata en tu corazón aunque hazlo más, hazlo ahora. Si vives cada momento sabiendo que lo único que tienes es “ahora”… ¡Mañana no habrá nada de lo que arrepentirse!

A continuación te dejo un vídeo muy emotivo, claro ejemplo de lo que pretendo comunicarte.