El magistrado ordenó a los acusados que se pusieran en pie. El Gobierno en pleno se levantó para escuchar el veredicto. Los acompañaban algunos militares, jefes policiales y otros miembros del partido que se habían lucrado con comisiones ilegales, extorsión, tráfico de influencias y privatizaciones indiscriminadas.
— Los puedo condenar y condeno a diez años de prisión por constituir una asociación de malhechores para delinquir, valiéndose de ella para saquear las arcas del Estado de forma continuada durante cuatro años, para extorsionar a empresarios con el objetivo de obtener comisiones a cambio de obras públicas y contratos con el Estado, para traficar con información confidencial o reservada con la pretensión de situar a terceros afines en posición de privilegio en las privatizaciones de empresas públicas, así como formar un entramado de ocultación del dinero obtenido en paraísos fiscales.» Además, en virtud del poder que me confiere este Tribunal, los condeno a otros diez años de prisión por un delito de banda armada…
—Pero Señoría, con todo respeto, eso de banda armada es una barbaridad, ni que fueran etarras.
—Letrado, no me interrumpa y sabrá por qué se les condena por constituir banda armada.
» Como decía, se les condena por formar banda armada, ya que dicha asociación de malhechores, al refugiarse en el entramado gubernamental, y al disponer de todo el poder ejecutivo y coercitivo que la sociedad puso a su disposición, utilizaron a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para reprimir toda protesta popular contra sus manejos ilícitos, haciendo uso de los medios antidisturbios de forma reiterada y masiva pese a que los movimientos de protesta fueron pacíficos.
» En esta línea, el Tribunal insta a todos aquellos que resultaron heridos o contusionados a que se presenten ante las autoridades competentes para ser evaluados caso por caso, y decidir las indemnizaciones a que los reos estuvieran obligados a hacer frente.
» Por último, por el poder que me confiere este Tribunal, declaro ilegal y ordenó la disolución del partido en el que militan los condenados. Todos sus bienes serán confiscados por la Justicia, y vendidos en pública subasta, cuyos beneficios serán destinados a las indemnizaciones mencionadas en el apartado anterior.
»¡Cúmplase la sentencia!
*** Desperté con un regusto agridulce en el paladar y con el vehemente deseo de que fuera verdad aquello de que algunos sueños no son más que un anticipo que el futuro nos regala de vez en cuando.