Adaptar un videojuego a la gran pantalla siempre acaba siendo un problema más que un aliciente. Existen pocas, por no decir ninguna, películas que hayan cogido una historia del mundo videojueguil y que hayan salido indemnes de las críticas profesionales y de los fans. Siendo sinceros, tendríamos que revisar un poco nuestros estándares y aceptar que este tipo de películas no buscan trascender en calidad, sino recaudar dinero; aunque nos encantaría que lo primero fuera su prioridad.
Assasin's Creed adapta libremente el popular juego de videoconsolas y nos presenta a Callum Lynch (Michael Fassbender), un convicto condenado a muerte que es salvado por una misteriosa organización llamada Abstergo, la cual le descubre que es descendiente directo de un importante asesino español del siglo XV. Con la ayuda de una máquina llamada Animus, Callum viajará al pasado a revivir las aventuras de su antepasado en su lucha contra los templarios.
Dirigida por Justin Kurzel, quien ya coincidió con Michael Fasbender (Steve Jobs) y Marion Cotillard en Macbeth (en este blog hablamos hace un año de ella aquí), Asssasin's Creed no destaca ni por tener una dirección impecable ni por ser la mejor adaptación de un videojuego. Si destaca en algo es en conseguir que el espectador no sienta la necesidad de estar en cualquier otra parte. Y eso es algo que, personalmente, valoro mucho.
Y llegados a este punto seguro que os estáis preguntando el porqué de mis buenas palabras hacia la cinta dos párrafos más arriba. La respuesta es muy sencilla. Como dije en esas líneas, Assasin's Creed no intenta nunca ser mejor de lo que puede ser. Donde centra sus verdaderos esfuerzos es en crear imágenes y escenas impresionantes gracias a la propia mitología del videojuego. Por eso el guion no se preocupa en desarrollar los personajes más allá de lo necesario, está más preocupado en encadenar escenas de acrobacias y peleas que harán las delicias de los fans más acérrimos al material original. ¡Y qué escenas! La película se divide claramente en los momentos del presente (más sosegados y prescindibles) y en los momentos del pasado (el verdadero corazón de la película), dejando todo el dinero en estos últimos, y las mejores escenas también.
Para finalizar, aunque mis palabras puedan haber sido duras, Assasin's Creed cumple con lo prometido en estos casos. Se trata de una película de acción que no aburre, más bien al contrario, y que nos permite ver algunas de las coreografías de acción más emocionantes de este año. Si piensas ir a verla, no lo dudes siempre que no tengas la esperanza de encontrarte con un universo demasiado cercano al del videojuego. Assasin's Creed intenta crear su propio estilo, aprovechando lo mejor que tiene el ya creado, sus movimientos. Cómprate un gran bol de palomitas y aprende a luchar contra los templarios junto a Callum.