Una de las aportaciones más destacables de la astronomía matemática de al-Andalus a la ciencia son los astrolabios planos universales. Azarquiel e ibn al-Jalaf en Toledo (siglo XI) e ibn Baso en Granada (inicios del XIV) abordan de dos formas distintas la sustitución de las láminas múltiples (una por cada latitud) por una universal.
La solución de Azarquiel/al-Jalaf fue cambiar la proyección ecuatorial por otra meridiana. En cambio ibn Baso mantiene la ecuatorial y las diferentes latitudes pero incorporando otra general con escala de horizontes desde el ecuador.
Como Azarquiel y al-Jalaf trabajaron ambos en Toledo y son casi contemporáneos, se ha habido cierta polémica sobre la prioridad. Primero se atribuyó la paternidad de la proyección meridiana en base a las palabras del mismo al-Jalaf pero algunos autores tienen base para pensar que sus trabajos son posteriores a los de Azarquiel.
La proyección de al-Baso se convirtió casi en un estándar en el Magreb mientras que las de Azarquiel/al-Jalaf no tuvieron tanto éxito. Por eso el planisferio universal de al-Sarraj del Museo Benaki de Arte Islámico es muy interesante: quizá sea la mejor realización (¿única conservada?) del astrolabio basado en la propuesta de al-Jalaf.
El astrolabio de al-Sarraj (1328) muestra una hermosa araña, con un semicírculo “enrejado” y el otro con la posición de las estrellas más localizables. Aparte de la universal hay otras láminas por latitud.
Se sabe que al-Sarraj trabajó en Alepo en el siglo XIV y se conserva parte de su obra matemática. Además el astrolabio tiene grabados los nombres de algunos propietarios. Probablemente la adquisición de Benaki proviene de El Cairo.
El singular y bellísimo astrolabio es un objeto de culto hasta el punto que se comercializan caras reproducciones y que se haya incluido en una esfera de reloj. El astrolabio se exhibió en Sevilla (2006) en la exposición dedicada a Ibn Jaldún.