Cuando el Sol llegué a su final dentro de unos cinco mil millones de años, se desvanecerá en forma de enana blanca. Las estrellas 10 veces la masa del Sol, desaparecen en una explosión, con la fuerza suficiente como para provocar una supernova, uno de los eventos más energéticos del universo. Durante décadas los astrónomos han sospechado la existencia de un tipo de explosión estelar que más grande todavía; una supernova que libera 1oo veces la energía de una supernova normal. En el último año dos equipos de astrónomos la han encontrado finalmente, lo que reinterpreta el tamaño a escala del universo.
Todas las estrellas están en equilibrio gracias a la presión que ejerce sobre ellas la gravedad. Como elementos ligeros como el hidrógeno se fusionan en el núcleo de las estrellas constantemente, las reacciones generan fotones que son lanzados hacia el exterior y que contrarrestan la fuerza que ejerce la gravedad. En las estrellas masivas, la presión en el núcleo es lo suficientemente alta como para fusionar elementos más pesados como el oxígeno y el carbono, lo que genera mayor creación fotones. Pero en las estrellas más grandes aún, de más de 100 masas solares, hay un problema. Cuando los iones de oxígeno comienzan a fusionarse entre sí, la reacción libera fotones que son tan energéticos, que espontáneamente transmutan en pares electrón-positrón. Sin fotones lanzados al exterior, no hay presión que equilibre la fuerza ejercida por la gravedad, y la estrella empieza a colapsar sobre sí misma.
Entonces pueden suceder dos cosas: Si el colapso crea aún más presión, que enciende el oxígeno necesario para crear una explosión de energía, esta explosión es suficiente para lanzar despedidas las capas externas de la estrella, pero no lo suficiente para crear una supernova completa. El ciclo puede repetirse repetidamente, como un pulso, precisamente, los astrónomos llaman a este tipo de acontecimientos “pulsacionales”, y esto sucede hasta que la estrella pierde masa suficiente para poner fin a su vida en forma de supernova. Un equipo liderado por Robert M. Quimby, del Instituto de Tecnología de California, anunció que había identificado uno de estos casos y ha presentado un documento para su publicación.
Si la estrella es muy grande, y aquí estamos hablando de más de 130 masas solares, el colapso ocurre tan deprisa y crea tanta inercia, que incluso la fusión del oxígeno no puede detenerlo. Tanta energía se desarrolla en un espacio tan pequeño que revienta, sin dejar nada de la antigua estrella. “Esto es una verdadera explosión, algo grandioso”, dice Avishay Gal-Yam, astrónomo del Instituto Científico Weizmann en Rehovot, Israel, cuyo equipo afirma en un artículo reciente en Nature haber sidos los primeros en descubrir un tipo de supernova de este tipo.
Antes de las conclusiones, la mayoría de los astrónomos habían argumentado que las estrellas gigantes en galaxias cercanas se desprendendían de gran parte de su masa antes de morir, lo que se opone a una supernova del tipo descubierto. Estas ideas están siendo reconsiderados, ya que la mayor de estas explosiones han sido demasiado espectaculares para ello.
Autor: Michael Moyer
Enlace original: Astronomers confirms a new type of Supernova