Se escucha por la calle y en los medios, que nuestra región, nuestra comunidad autónoma o provincia de las de antes, que viene a ser lo mismo, tiene una fácil gobernabilidad mediante los acuerdos que cada formación ve como mejores para los asturianos, aunque lo sean más para sus propios intereses. Encuentra esta facilidad con unos resultados mucho menos definitorios que los obtenidos por Paco Cascos en la última convocatoria electoral y que desembocaron en estas elecciones anticipadas, por lo que a uno, cuyos conocimientos de matemáticas son bastante rudimentarios, se le antojan difíciles las facilidades que nos cuentan. Se dice de todo, bueno y malo, y poco con sentido común; se llamó desertora y otras lindezas a Rosa Díez, que tenía tanto derecho a crear su propio partido como Cascos, que perdió fuelle, acreditando que lo suyo es formación de corto recorrido, llamada a entenderse con los populares más temprano que tarde. No sé si el bipartidismo es bueno, pero resulta casi necesario, en una situación en la que Izquierda Unida sube lo suficiente como para exigir notable cuota de gobierno en caso de acuerdo. La Sra. Díez debe estar frotándose las manos tanto o más que el Sr. Prendes, esperando la resolución sobre los dichosos trescientos y pico votos, que le cuestan a Cherines y a Foro la necesidad de pactar con un tercer socio, lo que no entraba en sus planes. ¿Están más cerca del PSOE o del PP el Sr. Prendes?. Definirse es mucho más difícil que hacer oposición contra todo el mundo, y ahora toca desencantar a una parte de los votantes, que también duele. De cualquiera de las dos decisiones, te habrás de arrepentir.