Aswan, a orillas del Nilo

Por Elainn

Existen cuatro maneras de viajar de Luxor a Aswan. La más popular es con un crucero por el Nilo, pero yo no la elegí porque es muy cara, especialmente si uno viaja solo y en temporada alta (desde unos 600 dólares si se va en invierno). La más rápida es en avión, pero me parecía demasiado para un viaje corto. La más barata es en tren, pero yo quería conocer dos templos que se hallan entre Luxor y Aswan. De modo que opté por una cuarta posibilidad: un tour en auto. Como no fui con guía, sólo chofer, me salió más barato (80 dólares + propina).

Me pasó a buscar temprano por el hotel de Luxor. Fuimos primero al templo ptolemaico de Edfu, en honor a Horus, dios con cabeza de halcón que regía el cielo, la guerra y la caza. En el periodo grecorromano el templo estuvo dedicado a Horus-Apolo. Es bastante grande y se parece un poco al templo de Dendera. El templo estuvo cubierto por la arena hasta 1860 y está casi intacto. 100LE. Me emocionó entrar lo bien conservada que está la sala de la barca sagrada. Luego fuimos al inusual templo de Kom Ombo, dedicado a los dioses Sobek (dios con cabeza de cocodrilo llamado también “el señor de las aguas”, vinculado a la fertilidad y a la vida) y Haroeris (Horus el Viejo, protector del Alto Egipto). El templo está bastante destruido. Se supone que tenían un criadero de cocodrilos. En el museo colindante hay en exposición muchos cocodrilos momificados. 80LE.  Sólo me faltó conocer Esna.

Llegamos finalmente a Aswan. Como mi hotel estaba del otro lado del Nilo y para cruzar por el puente hay que dar un rodeo de varios kilometros, el chofer me dejó en el muelle de donde sale el ferry. El muelle no tiene ninguna indicación en inglés, sólo en árabe pero se halla a la izquierda del cartel Alexander The Great Yacht to the Nile. Hay que bajar unas escaleras y pagarle el pasaje al hombre que está sentado a la derecha. Por lo que me dijeron no hay un precio fijo sino que depende de la cara de cada uno: yo pagué con 5LE y esperé el cambio, me dieron 3LE así que siempre pagué 2LE.

Aquí les paso la foto del cartel del muelle público de donde salen los ferries. Una vez que suban al ferry miren dónde se sientan las mujeres. Hombres y mujeres NO se sientan juntos. Tal vez no digan nada si son turistas, pero yo preferí guiarme por el uso del lugar.

Fue un poco complicado lidiar con mi valija de 23kg, la mochila y un bolsito. Una china me ayudó del otro lado. Igual me costó llegar al hotel. No es que esté lejos del muelle, pero todo es bastante rústico y no fue fácil subir por el muelle hasta la calle. Esos 350 mts fueron eternos. Recuerden, una vez que cruzan el Nilo y dejan atrás el muelle, vayan a su derecha. Es el primer hotel (muros azules).

Me hospedé en Bet el Kerem Guesthouse y fue la mejor decisión que pude haber tomado. No está en el centro así que es tranquilo y uno se siente como en casa. En serio. La atención es espectacular, me sentí más una invitada que una turista. De hecho, llegué y Abdul, el propietario, me recibió con un té de hibisco y galletitas.  Detallemos sus ventajas: habitación cómoda y tranquila, al lado de un jardín florido donde uno podía sentarse a disfrutar de la paz del sitio. Baño privado con ducha caliente, wifi, riquísimo y abundante desayuno, agua mineral, terraza con vistas a las Tumbas de los Nobles, muy limpio y seguro. Volvería si no fuera que me queda un poco lejos.

Esa noche comí una lata de ensalada de atún que había llevado. Lo único malo del hotel es que en esa zona no hay restaurantes y cenar en el hotel era caro.

Dormí re bien, casi me olvidé que estaba en otro país. Desayuné y salí a dar un paseo en camello. Le pagué al dueño del hotel así que no hubo necesidad de regateo (150 LE + 20 de propina). Fue un paseo largo por el desierto del Sahara que ¡está ahí a la vuelta! Si quieren andar en camello, háganlo en Aswan. Están muy bien cuidados y la gente del lugar hasta los usa para movilizarse por la zona. Mi camello se llamaba Moon y al principio me asustó un poco estar tan alta. Además no es tan cómodo. Fuimos hasta el Monasterio San Simón ubicado en medio del desierto. Se trata de las ruinas de un gigantesco monasterio copto del siglo VII, abandonado luego del ataque de Saladino (siglo XII). Es muy interesante y misterioso. La entrada sale 40LE y le di 10LE al guía que me mostró el lugar: las cocinas, los depósitos, las celdas, la iglesia, el sitio donde dormía el santo Anba Hedra, etc. Llegó a albergar unos mil monjes.

Volví a subir al camello y nos acercamos, desde la altura, a la orilla del Nilo pasa sacar fotos del impactante paisaje. Luego nos encaminamos a las Tumbas de los Nobles (60LE), las últimas tumbas que visité en Egipto. Qubbet el-Hawa, también llamado Valle de los príncipes, tiene unas 40 tumbas pero sólo tres estaban abiertas al público: Mekhu (tumba 25) y Sabni (tumba 26) eran padre e hijo y sus tumbas están conectadas. Ambos fueron nomarcas de Elefantina. La otra tumba era la de Sarenput II que posee un fresco con colores muy vivos. Asimismo quedan restos de una capilla copta. Todo muy bien. Finalmente el camello me dejó en la puerta del hotel y me despedí del guía.

Como todavía era temprano y no tenía nada más planeado para ese día, decidí ir hacia el otro lado del Nilo. Crucé con el ferry (me hice habitué) y caminé por la Avenida Corniche que es la costanera del río. Primero pasé por un cajero a retirar dinero y entré al shopping del Citymax Hotel, Aswan Blaza. Pequeño pero muy seguro. Almorcé en Mamboo, un lindo local con vista al río. Comí pollo con arroz (1/4 grilled chicken meal 36,50LE) con una gaseosa. Barato, rico y además pude pagar con tarjeta. El aire acondicionado también se agradecía.

Ya repuesta seguí caminando por la costanera hasta el famoso hotel Old Cataract. Allí se albergó Agatha Christie y se inspiró para escribir Muerte en el Nilo. Debe ser el mejor hotel del país, pero también el más caro. Originalmente había pensado en ir a tomar el té allí, pero al llegar no me sentí bienvenida y preferí irme. Igual espero tener algún día el dinero suficiente para pasar una noche en ese hotel de película.

Enfrente del hotel se encuentra el Museo Nubio pero ya estaba cansada y decidí regresar. Estaba a unos 2kms del muelle. Tenía ganas de tomar algo frío así que pasé por McDonald’s y comí un sunday en la terraza que creo que me cayó mal. Por eso no cené.

Volví al hotel y me preparé un té de anís. Lo acepto, me hice adicta al té de anís. Me acosté al atardecer.

Creo que me desperté a las 2 de la mañana. Había quedado con el propietario del hotel que iba a estar a las 3:15 en la terraza. Allí tomé un té, agarré la caja de desayuno que me habían preparado y partí con el capitán del barco que iba a cruzarme al otro lado del Nilo. Imaginen lo que fue caminar en plena noche al pie de las Tumbas de los Nobles y atravesar un río épico como el Nilo a esa hora de la madrugada. El sonido del agua, las estrellas infinitas, la magia del momento. Luego esperamos en el muelle una media hora, acaso menos, a que me pasaran a buscar. Había contratado por la página Civitatis (la más barata que encontré) el tour a Abu Simbel. Por razones del viaje hay que salir bien temprano ya que la ruta se abre a las 5 a.m. y se cierra a las 14hs (o eso entendí). Eso significa que si salís más tarde no podés volver hasta el otro día. Además obligatoriamente tienen que ir dos choferes. Me pasaron a buscar puntuales a las 4:15 y le pagaron (sin ningún gasto extra de mi parte) al conductor del barco. Recogimos a un matrimonio mexicano, al guía y partimos (la pareja había contratado un paquete con Dunas Travel que era el mayorista del tour). Esperamos un rato a que abrieran la ruta y seguimos.

Tardamos unas tres horas en llegar. Paramos en el camino para pasar al baño y de paso vimos el amanecer en el desierto. Hacía muchísimo frío. El paisaje del desierto, hasta llegar a Abu Simbel, es impresionante y es extraño que nadie lo promocione. Acá harían excursiones destinadas específicamente a ver esas extrañas formaciones rocosas, muchas en forma de pirámide. No pude encontrar información sobre el lugar, pero realmente parece otro planeta. Llegamos alrededor de las 8hs. Estábamos a 40km de Sudán. Ahora sí que me sentía en África.

El guía sacó las entradas (160LE)y nos condujo hasta el frente del templo de Ramsés II dedicado a Ra, Ptah y Amón. Allí brindó una breve explicación del lugar y nos dio hasta las 9:30 para recorrer los dos templos. No, no es mucho tiempo. Empecé con el templo menor, el de Nefertari. Luego fui al de Ramsés II donde impactan los ocho grandes pilares osíridas. Hay hermosos bajorrelieves en sus varias capillas. Adentro no pueden sacarse fotos o hubiera tardado más tiempo. Afuera se encuentra el inmenso lago Nasser, nacido de la represa de Aswan. Originalmente los templos se encontraban ubicados en otro sitio, tallados en una colina. Debido a la inundación provocada por la presa, un equipo internacional debió desmantelar y trasladar los templos a 200mts de donde estaban, en una colina artificial.

Emprendimos el regreso. Al mediodía ya estábamos en Aswan. Lo mejor sería pasar una noche en el pueblo de Abu Simbel, visitar el sitio con tiempo y disfrutar del espectáculo de luz y sonido que dicen es el mejor de Egipto. Claro que no hay mucha hotelería. Si van a quedarse una noche pueden viajar en avión, en bus o en barco. El autobús es la opción más económica. Salen de la terminal de Aswan a las 8am. Yo me quedé con las ganas del crucero de Aswan a Abu Simbel por el lago Nasser ya que se visitan sitios que no se pueden conocer de otra manera como el Wadi El Seboua, los templos de Meharakka y Dakka, templos de Amada y Derr, etc. El problema es el precio.

Ya que estaba en la parte oriental, aproveché para pasar por la oficina de turismo (al lado de la estación de trenes) y almorzar. Fui a un sitio que me recomendaron en la oficina y comí muy bien. Se llama Al Madina, es un restaurant pequeño en el Bazar. Pedí un plato de cordero para probar algo distinto. Miré un poco el Bazar y volví al hotel. Estaba muy cansada. Me fui a dormir temprano para reponerme del madrugón.

Al otro día desayuné y a las 11hs salí en una excursión para ver dos templos. El auto que contrató el hotel para el día me salió 500LE. Me llevó primero a conocer el templo de Kalabsha, al otro lado de la presa. Como está en una isla paramos en un embarcadero a negociar el precio. Terminé discutiendo y con ganas de mandarlos a la mierda porque querían cobrarme 250LE. Bajé a 150 más 30 de propina cuando no debería ser más de 100LE. Empezaron a los gritos; fue una situación muy desagradable. Además el tema de la propina es raro, porque ya le estaba pagando para que me cruzaran. No sé por qué también discutió el hombre del barco con los guardias del templo porque nadie me quiso traducir.

Pero vayamos al lado bueno. El templo de Kalabsha fue construido durante el gobierno de Augusto en honor a Mandulis, el dios del sol nubio. En 1979 tuvo que ser trasladado debido a la represa. Más allá del templo, la ubicación es hermosa y me hizo acordar a Lindos (Rodas), especialmente el kiosko de Kertassi. Contiene muchos detalles interesantes. La entrada al templo cuesta  60LE.

Volví al auto y partimos rumbo a Philae. Se supone que ahí hay un precio fijo para los barcos: 120LE. Pero (siempre hay un pero) ese precio no incluye la propina ni la espera. Tuve que darle 20LE de propina y visitar el templo en una hora. Después de ese tiempo me cobraba la espera. Por suerte fue suficiente aunque estresante. La entrada se paga antes de cruzar (100LE). En la isla de Philae se encuentra un templo dedicado a Isis, el único que continuó el culto egipcio hasta el siglo VI dC. En verdad la isla de Philae o Filé terminó sumergida bajo el lago Nasser, por lo que el templo tuvo que ser trasladado al islote de Agilkia. 

Es un templo con mucha carga mística, o al menos eso sentí en el Sancta Sanctorum donde se conserva el altar de granito sobre el que estaba la barca sagrada. La última evidencia de escritura jeroglífica aparece en uno de los muros de la puerta de Adriano. Su construcción data del periodo tardío egipcio, de la dinastía XXX.

Volví al hotel. Originalmente yo quería organizarme para ver el espectáculo de luz y sonido de la noche, pero era complicado y los precios se disparaban.

Crucé el Nilo y fui a comer al patio de comida del shopping: probé suerte en un sitio cuyo nombre no puedo traducir pero cuyo logo es un shawarma. Pedí, de manera apropiada, una “arabian shawarma meal” de pollo con papas fritas. Muy bien servido (50LE).

Luego recorrí más tranquila el Bazar, compré especias en una tienda (los dátiles de Aswan son famosos), dos remeras a 180LE (el algodón es muy bueno), llaveros y un camellito de adorno. En este Bazar no te molestan para que compres. Obviamente hay que regatear, pero se disfruta más que en otros lados.

Volví al hotel cuando ya había anochecido.

Amaneció nublado, lo cual fue bueno porque no hizo tanto calor. Después de desayunar hice el tan esperado paseo en falucca. Nuevamente lo organicé con el propietario del hotel: 450LE. Si caminan por la costanera se van a ver asediados por los capitanes de las faluccas que les van a ofrecer un paseo por poco dinero. Si son buenos negociando, seguro que lo sacan por un precio menor al mío (ojo, no se confundan las libras egipcias con las esterlinas). En mi caso no me animé a viajar en un velero con un desconocido. Tal vez sea paranoica, pero ¿a quién le pedís ayuda en medio del Nilo si estás sola? Preferí pagar un poco más pero ir tranquila. Si consiguen ir con alguien es mejor porque los gastos se reparten.

El barco se llamaba “Habibi” y el piloto fue siempre muy correcto. Un paseo muy interesante, ¡hasta lo ayudé con las maniobras al sostener el timón! Toqué el agua fría del Nilo (dicen que ahí no está tan contaminada: hay gente que se mete a nadar). Hicimos dos paradas.

La primera fue en el Jardín Botánico de la isla Kitchener (20LE). No es nada de otro mundo aunque tiene hermosos árboles y flores por doquier.  Luego pasamos por el Old Cataract y llegamos a la isla de Elefantina. Allí, por 70LE, pude visitar el museo y las ruinas del sitio. El museo consta de dos salas y es muy claro. En la parte de las ruinas están los restos de los templos de Khnum, dios alfarero creador de los hombres, y Satet, su esposa –diosa de la inundación del Nilo.  Asimismo un equipo alemán está reconstruyendo todo un pueblo. También pude ver el nilómetro, construcción escalonada que medía el nivel del río.

Fue un paseo de película. En serio.

A la tarde crucé por última vez el Nilo para ir al cajero. Volví al shopping y esta vez comí en Prost Altazeg: canelones de carne con mucha salsa blanca + bebida (50LE). Ya sé que no comí muchas comidas típicas pero algunos platos eran muy picantes. Eso se lo dejo a Anthony Bourdain. Luego, como estaba antojada, pedí ahí mismo un helado de melón y mango a 10LE. Mucha gente compraba comida para llevar.

Volví a ir al bazar. Compré dos remeras más en otro local y una babucha super fresca.

Me despedí del Nilo mientras iba en el ferry, ya de noche.

Llegué así a mi último día en el Alto Egipto. Preferí no salir del hotel y pasarlo en el jardín que hasta entonces no había disfrutado. Pasaron a buscarme a las 15hs para llevarme al aeropuerto. Había contratado el auto a través de Mostafá, mi guía de El Cairo. Como los autos tienen que dar una gran vuelta para ir al lado occidental, el conductor llegó muy temprano. De hecho, salir a las 15hs ya era temprano porque el aeropuerto no está tan lejos, una media hora como máximo. Yo salí mucho antes porque el chofer tenía miedo de que se hiciera tarde. Tuve que esperar bastante en el aeropuerto. Finalmente partimos hacia El Cairo. Allí también tuve que esperar por mi próximo vuelo a Sharm El Sheikh. La zona de vuelos de cabotaje del aeropuerto tiene una sola cafetería pero no había ningún sitio donde cenar. Otra vez a sacarme los zapatos, a pasar por los detectores, etc. Pero salimos rumbo a la península del Sinaí, la última parte de mi viaje en Egipto.

DATOS:

  • Pueden consultar por cruceros en Memphis Tour y Civitatis. Un precio razonable para un crucero de 4 días ronda entre los 380 y los 500 dólares, base doble.
  • El tour a Aswan pasando por Kom Ombo y Edfu también lo pueden conseguir en una agencia: Emotours y Travel2Egypt.
  • Otros hoteles en Aswan: en el lado nubio Nubian Holiday House, en el este se encuentra el hotel Philae y, más barato, el hotel Hathor que no tiene página web (Tel+20 97 2446180).
  • Restaurantes que al final no pude conocer y que me habían recomendado: Al Masri y Aswan Moon.
  • Es mucho más barato comprar en el mercado de Aswan que en Luxor o El Cairo.
  • La otra empresa que realiza tours grupales a Abu Simbel es Memphis Tours, pero en inglés. También lo pueden organizar con el hotel.
  • Para conocer Kalabsha y Philae podés arreglar con un taxista o contratar una excursión, con precios que no bajan de los 60 dólares.

Amanecer en el Sahara