Aswan es otra de las paradas imprescindibles en Egipto, muy habitual en los cruceros por el Nilo y puente para otros templos apasionantes. Pero también es interesante como ciudad, ya que se percibe en ella un ritmo relajado que hace sentir súper a gusto. Te invitamos a dejarte llevar de nuevo por el exotismo egipcio y alucinar de nuevo con los restos de su pasado.
En Aswan estuvimos solo dos días, pero desde el primer momento, nos gustó especialmente. Aunque sentíamos como en otras paradas la insistencia de aquellos que se dedican a dar servicio al viajero, aquí teníamos más espacio y nos resultó menos agobiante. Las avenidas eran más amplias, al menos en la zona pegada al Nilo, donde estábamos atracados. Allí hay un montón de restaurantes y lugares de ocio que en la época que viajamos estaban un poco vacíos, pero que le daban al área un toque especial. Había ambiente local, además.
Paseando por Aswan, una ciudad muy agradable
Como en Luxor, nos dirigimos al centro andando y nos dejamos envolver por el mercado local y el ambiente. Después cenamos en un sitio local (El Masry) y paramos en un bar a tomar el té y ver jugar al Real Madrid, pasión que transgrede fronteras. También nos gustó volver a mezclarnos con los egipcios y más allá de ver que ellos sufren también por el fútbol, ver cómo juegan y se divierten en establecimientos públicos. Además, son súper hospitalarios y se hicieron encantados una foto con nosotros.
Nos hubiera gustado tener más tiempo para poder conocer otros lugares como el obelisco inacabado o las tumbas de los nobles o de los príncipes (Qubbet el-Hawa), pero la verdad es que no encontramos momento. Otra de las cosas que descartamos es la típica excursión que te ofrecen para conocer el pueblo nubio, ya que había dos actividades irrespetuosas con los animales y no parecía tener especial interés y sin embargo era bastante cara. Lo que teníamos incluido en el crucero era el paseo en faluca y tampoco lo hicimos porque esa tarde nos levantamos con mucho dolor de cabeza. Sin embargo, disfrutamos de la puesta de sol como cada día (es un momento especial siempre sobre el Nilo, pero en Aswan me lo pareció doblemente) y paseamos tranquilamente.
El templo de Philae: ruinas preciosas entre las aguas del Nilo
Hay varias excursiones interesantes cerca de Aswan y todas ellas están cerca o en pleno Lago Nasser. Se trata de un lago creado de forma artificial en la cuenca media del Nilo por el popular expresidente egipcio de cara a controlar las crecidas del río y en alguno de sus puntos es tan extenso que recuerda al ancho mar. En su momento, su creación fue también un problema porque podría haber acabado con alguno de los restos arqueológicos más bellos del país. La UNESCO intervino y se establecieron proyectos para trasladar alguno de los templos, que hoy lucen en sitios diferentes, si bien apenas se nota si no se conoce la historia.
Uno de ellos es el templo de Philae, a donde se debe acceder en barca, ya que está en mitad del lago. En el pasado estaba situado en la isla homónima, pero se decidió trasladar a otra, que responde al nombre de Agilkia. Este templo me sorprendió especialmente por la ubicación, pues sin duda es el entorno más bello para erigir un edificio emblemático. Hoy por hoy, sin la grandeza del pasado, sigue presumiendo de un paisaje único.
La creación del templo pertenece a la época grecorromana del Antiguo Egipto y se levantó en honor a la diosa Isis. Como la mayor parte de los restos egipcios, está muy bien conservado (a ratos, tanto, que uno no acaba de creer del todo lo que ve) y todas sus dependencias son finas y bellas. Un lugar que merece la pena, sin duda. Paseíto en barco incluido.
Los templos de Abu Simbel: otra de las grandes maravillas de Egipto
Desde Aswan se accede a otra de las grandes maravillas de Egipto: Abu Simbel. Este conjunto de templos es apasionante. Tanto por su impactante exterior, clavado en plena roca; como por su interior, con detalles únicos e ingeniería altamente precisa. También fue trasladado por el peligro que el Lago Nasser le suponía y en este caso es aún más difícil creer lo perfecto que ha quedado con lo difícil que es también este tipo de obra.
El origen se traslada al reinado del faraón Ramses II y su idea fue crear un templo que dejara patente frente al pueblo nubio del gran poder que ejercía. Además, intentando aumentar aún más su alcance hasta el punto de buscar aire divino, el hecho de estar tan alejado, Abu Simbel le daba mayor margen, alejado de las autoridades religiosas. Además del templo principal, erigido en honor a sí mismo, hay uno más pequeño (si bien igual de interesante, no dejéis de entrar), dedicado para su esposa Nefertari, su predilecta.
Uno de los hechos mejor estudiados en este templo es la situación de cuatro figuras, a tres de las cuales les da el sol y a una no. Los iluminados son el dios Amón, el propio Ramsés y el dios Ra. En la oscuridad, está el dios Ptah. Todo perfectamente estudiado en la Antigüedad para que ahora nos deleitemos con este tipo de lugares y de fenómenos.
Para tener el privilegio de verlo casi en soledad (con dos o tres grupos más), pagamos la friolera de 95 euros por persona. Entiendo que haciendo el circuito por libre todo será mucho más barato. No obstante, el dinero ya no me duele porque el lugar sin duda es impresionante. Y sabemos que viajar de forma organizada a veces tiene un coste extra. Con todo, el recuerdo es altamente feliz.
Otras paradas del viaje
*Si te interesa hacer un viaje a Egipto, este es el último post de una serie de ellos sobre nuestro recorrido por el país. El texto general versó sobre todo lo que hicimos en 10 días por Egipto y también te contamos consejos prácticos para hacerlo con agencia de viajes. En cuanto a las paradas de viaje, también:
- El Cairo en 3 días. ¡Nos apasionó la capital del país!
- Luxor en 3 días. Quizás la parada que más nos enamoró del viaje.