San Sebastián, Valencia y Zaragoza me han visto pasar esta semana. El martes grabé una entrevista para la televisión en la que hablamos de la dureza de los tiempos que nos está tocando vivir, especialmente en lo que al terreno laboral y profesional se refiere. Prácticamente de lo mismo se habló en Zaragoza en el V Salón de Empleo que organizado por Kühnel abarrotó el Gran Hotel de la capital aragonesa. Participé con una de mis sesiones junto al brillantísimo Manuel Pizarro y a mi amiga Pilar Paúl, psicóloga del Hospital Miguel Servet.
Parece claro que en estos tiempos la cultura de enfrentarse a grandes desafíos y a lejanas metas no se halla demasiado instalada entre nosotros. La mayor parte de la gente ante la visión de una montaña se queda totalmente indiferente. Son pocos los que oyen la llamada del obstáculo diciendo: "Ven, ven, conquístame!!".
Mirando hacia atrás, sin ese sentido del reto y del desafío sería imposible entender que allá por los años treinta del siglo pasado unos chalados inauguraran en la Bahía de San Francisco el San Francisco-Oakland Bay Bridge, un puente de 7 carriles que fue abierto al tráfico el 12 de Noviembre de 1936 y que hoy deja a todos estupefactos por dar servicio con una visión que se anticipó casi un siglo.
No podemos contentarnos con metas pequeñas, sencillas de conseguir, que nos lleven a bajar de la cama, pasar desapercibidos en el trabajo y volver a la cama. Sin más aspiraciones que ver la vida pasar a nuestro alrededor. Hemos sido creados para emprender grandes aventuras, grandes empresas y debemos ser sus protagonistas. Vivir es una aventura maravillosa y no podemos desaprovecharla.
Mi amigo Enrique Anglada suele pasar por Suiza una vez al año. Le gusta visitar las impresionantes colecciones de arte con sede en el país alpino. Como amante de la montaña que es no desperdicia la oportunidad de recorrer aquellas impresionantes montañas. Una noche, en un refugio sencillo, tosco pero muy acogedor, en una de las paredes de piedra encontró esta leyenda grabada a fuego, sobre una tabla de madera: “Donde los demás abandonan, nosotros comenzamos”. Y sobre la chimenea una frase escrita en inglés, no menos sugerente que la anterior: "My place is at the top". Mi puesto está en la cumbre.
Anímate a escalar las montañas más altas. Podrás. Seguro.