Partiendo de la base de que después de tanto cambio de formación y aviso de disolución daba por sentado que El Palacio de Linares era un proyecto tristemente finiquitado, ha sido una agradabilísima sorpresa descubrir que la banda madrileña (ya aparecida por aquí, recuerdo, a propósito de la soberbia “Tejes“) no sólo está vivita y coleando, sino que además goza de un magnífico estado de forma. Por lo que se ve, una vez cerrado el culebrón de ires y venires, Gonzalo Marcos empezó a componer canciones con Raúl y Álex de (¡ Pero qué modernos estamos los pamplonicas!) Los Nuevos Hobbies, y curiosamente entre unos y otros, la cosa ha acabado por parecerse bastante al estupendo proyecto original.
Buena muestra de los placeres que esperan a los aficionados al pop dentro de “Ataque de Amor“, el que será el primer largo oficial del grupo (supongo que debemos considerar los 22 minutos de “La Espalda De Un Perro” como un EP larguito) son la preciosísima ilustación de la portada, obra de Lu Misterio, y el significativo hecho de que sea Pretty Olivia Records, el pequeño aunque selecto sello que comanda Javier Abad desde Alicante, quien esté detrás de la edición. Y por si todavía hay alguno que duda, ahí están las cuatro canciones avanzadas, una absoluta delicia todas y cada una de ellas, y señal fehaciente de que cierto pop español tiene más que superados algunos complejos del pasado y no teme mirarse en modelos antes defenestrados (por antiguos, eso es lo más triste), o arrimarse a la lumbre del costumbrismo y lo popular. Vamos entonces con ellas, aunque me parece a mí que si las escucháis, se venden ellas solitas:
La primera de ellas se titula “Puzzle“, la conocimos a principios de diciembre del año pasado dentro del recopilatorio navideño “A Christmas Chin Para Ti Vol. 03” (Chin Chin Records: más pamplonicas estupendos para este post) y capturaba en versos como ” y eso que sólo he visto una foto de tus piernas en internet” el sentido del humor absurdo, la falta de pretensiones y la cercanía que caracterizan las letras del grupo. “Recto Y Quieto“, la responsable de cerrar el disco, es un homenaje tan bonito a las mujeres de nuestras vidas que dejará a más de uno precisamente así, recto y quieto, durante los casi tres minutos que dura; mientras que “Lava” se abre con unos ardientes rasgueos de guitarra cargados de twang, aunque la dulzura que se vierte después en nuestros oídos tiene más de balsámica que de abrasadora. (Premio de los gordos, por cierto, para Gonzalo por ser el responsable de ese fabuloso “he llegado a la conclusión / de que tienes lava en el corazón” que no consigo sacarme de la cabeza). Y pese a todo lo anterior, me temo que no voy a ser demasiado original si digo que mi favorita es, ahora mismo, la canción que da título al disco: “Ataque de Amor Flipante“, una de esas composiciones que (supongo) no salen todos los días.
Vale: el tema es pegadizo, una barbaridad. Pero es que además hay que reconocerles el mérito de triunfar pese habérsela jugado con el desafío a algunas de las más elementales convenciones de la composición, a saber: la insistente rima consonante (podía ser sonrojante, les ha quedado flipante) del estribillo, los tramposísimos cambios en la acentuación de las palabras (mira que me habréis oído patalear por esta cuestión, y aqui me veís, hipnotizado como un idiota con el desmayo vocal del “puntalabióoooo” y la “cuadraturáaaaaaaaa“), o la desconcertante capacidad para meterse en jardines (“la geometría es una ciencia que no sirve para nada”) de los que no tienen fácil salida. Pero en esta canción de El Palacio de Linares las cosas más complicadas suenan sencillas, bajo la apariencia de amable cotidianedad se ocultan los sentimientos que nunca nos atrevimos a compartir con nadie, y nada sucede tal y como hubieras previsto. Más fácil de disfrutar que de explicar, más sentida que sensata: los ataques de amor, ya se sabe, no atienden nunca a razones.