Atlántida Film Fest 2015: Stand by for Tape Back-up

Publicado el 23 junio 2015 por Criticasen8mm @Criticasen8mm


Título original:
Stand by for Tape Back-up
Año:
2015
Atlántida Film Fest 2015:
Sección oficial
Duración:
63 min
País:
Reino Unido
Director:
Ross Sutherland
Reparto:
Documental


En el Mago de Oz, Dorothy camina altiva por el camino de baldosas amarillas en busca de compañías algo especiales. En Stand by for Tape Back-up, Ross Sutherland nos lleva por su particular camino de recuerdos, azules y en forma de fotogramas, usando un vídeo VHS que perteneció a su abuelo.
Ross recurre a la inspiración surgida del experimento de ver el Mago de Oz del 63 con el disco de Pink Floyd The Dark Side of the Moon de fondo. Asombrado por su encaje perfecto, Sutherland decide hacer lo mismo, con multitud de cortes de antiguos éxitos en taquilla, acompañados de su propia voz.Los recuerdos del director van saliendo a la palestra con cada película que nos muestra: Cazafantasmas con el recuerdo de su abuelo y la primera vez que fue al cine, El Príncipe de Bel Air o Tiburón. El filme se apoya en la cinta, instrumento en el que basa la historia. Todos los veranos de su infancia los pasó grabando películas de la televisión en ella y, con el paso del tiempo, ha quedado como una cápsula de recuerdos de su propia vida en imágenes en movimiento.

Su abuelo también usaba la cinta, grababa, regrababa, y ninguno sabía que primero había que encontrar el final de la película anterior, así que aquello se transformó en un collage de imágenes aleatorias, pero cada una de ellas altamente reconocible. Ross Sutherland trata temas tan personales como la ausencia, sus miedos o la muerte, de una manera natural y solemne, recitando sus palabras sobre la pantalla del VHS.El experimento de Ross resulta atractivo, con sus pausas y reflexiones; una idea potenciada por el curioso soporte que utiliza. Sin embargo, las palabras se vuelven pesadas a lo largo de los 63 minutos de duración de la película, en los que el director retrocede, avanza y pausa la cinta a su gusto, vaciando su cabeza, contándonos su vida.

Reflexión vital y nostalgia se unen para demostrarnos que, a veces, una imagen no vale más que mil palabras. Es una lástima que, en esta ocasión, sean muchas más que mil. 

5/10