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Título original: Vonarstræti. Director: Baldvin Zophoníasson. Guión: Baldvin Zophoníasson, Birgir Örn Steinarsson.
Reparto: Hera Hilmar, Thor Kristjansson, Þorsteinn Bachmann, Sveinn Ólafur Gunnarsson.
Nacionalidad: Islandia. Año: 2014. Género: Drama.
Premios:
Mejor Actor, Actriz, Dirección, Guión, Película, Fotografía, Maquillaje, Montaje, Sonido, Vestuario – Premios EDDA
Valoración: 7.5
Aquí puedes ver la película en el AFF de Filmin
“Life in a Fishbowl” es un drama islandés, seleccionado para representar a su país en los Oscar 2014, pero que no pasó ni el rating de la pre-selección, aún así, es de las películas más normales que he podido ver en este ‘Atlántida Film Fest 2015’, una película con una trama dramática que cruza a tres personajes, sin muchas sorpresas, pero bien narrado.
A través de los 120 minutos que dura la cinta, iremos conociendo la vida de nuestros tres protagonistas, que en algún momento se entrecruzarán para ser la parte positiva o el drama de su vida, jugando con las líneas de las casualidades y la causalidad.
Como he dicho en la introducción “Life in a Fishbowl” o “Vonarstræti”, es una película sencilla, sin pretensiones, que juega todo el rato con el dramatismo de la situación. Una pareja feliz, ¿qué puede fallar? Pues en la película lo veremos. ¿Qué tiene que ver un poeta con una prostituta? Pues aunque no os lo creáis, el sexo no es. ¿Y el poeta con el ex-futbolista? Con esto juega el director Baldvin Zophoníasson, aunque sin llegar a intrigarnos demasiado, ya que lamentablemente, tras introducirnos a los personajes, veremos por nosotros mismos, lo que irá ocurriendo.
En definitiva, no es una película redonda, ni mucho menos, pero es lo más normal con lo que me he topado en este festival, por lo que se merece mi respeto, como mínimo. No me ha hecho pensar demasiado, ni he tenido que pararla, ni siquiera he mirado el reloj a pesar de su extensa duración. Puede que le sobre metraje, pero creo que todo está tan bien hilvanado que al final gustará, por esa forma sencilla y sin pretensiones de encajarlo todo, sin olvidar que está basado en hechos reales.
Crítica: María José Díaz-Maroto