¿Qué es el mal? La película francesa Bruno Reidal: Confesión de un asesino indaga en ello a través de la figura del asesino psicópata, arquetipo recurrente en el cine de terror moderno que permite, además, explorar los rincones más oscuros del alma humana. La historia, basada en hechos reales, nos lleva a comienzos del siglo XX, cuando el protagonista, Bruno (Dimitri Doré) comete el sangriento asesinato de un niño de 12 años. Lo que sigue es la exploración de las posibles razones genéticas, psicológicas o sociales, por las que se comete dicho crimen, a través de la confesión de los hechos frente a un tribunal de investigación. La película, escrita y dirigida por Vincent Le Port, narra la infancia y adolescencia de Bruno -a través de su propia voz- hasta llegar al momento del asesinato. Los impulsos homicidas del joven parecen innatos, pero se mezclan con una historia de maltrato y sobre todo, de una ausencia casi total de amor y cariño familiar. Con la aparición del impulso sexual adolescente, las fuerzas de Eros y Tánatos actúan sobre el alma confundida de Bruno, quien es un simple y pobre campesino, que además recibirá una educación religiosa y crecerá con el rencor hacia sus compañeros seminaristas, todos con más recursos económicos que él. Si a todo esto añadimos una posible homosexualidad reprimida, tenemos en el personaje de Bruno Reidal todos los ingredientes para fabricar un asesino en serie. Será el espectador el que tenga que decidir cuál de estos elementos mencionados ha sido decisivo para empujar al protagonista al crimen, o si se trata de una mezcla de todos, y sobre todo si Bruno tiene alguna posibilidad de redención. La película se desarrolla con interés y rigor, la voz en off de Bruno nos obliga a identificarnos con sus preocupaciones, y Le Port nos cuenta, además, el marco social en el que se desenvuelve Bruno: cómo los que lo juzgan parecen más interesados en cuántas veces se masturbaba el protagonista que en las razones de sus impulsos homicidas; o cómo Bruno cree que el suicidio es un pecado mayor que el asesinato.
Atlàntida mallorca film fest: bruno reidal -¿asesino nato?
Publicado el 12 agosto 2022 por Jorge Bertran Garcia @JorgeABertran¿Qué es el mal? La película francesa Bruno Reidal: Confesión de un asesino indaga en ello a través de la figura del asesino psicópata, arquetipo recurrente en el cine de terror moderno que permite, además, explorar los rincones más oscuros del alma humana. La historia, basada en hechos reales, nos lleva a comienzos del siglo XX, cuando el protagonista, Bruno (Dimitri Doré) comete el sangriento asesinato de un niño de 12 años. Lo que sigue es la exploración de las posibles razones genéticas, psicológicas o sociales, por las que se comete dicho crimen, a través de la confesión de los hechos frente a un tribunal de investigación. La película, escrita y dirigida por Vincent Le Port, narra la infancia y adolescencia de Bruno -a través de su propia voz- hasta llegar al momento del asesinato. Los impulsos homicidas del joven parecen innatos, pero se mezclan con una historia de maltrato y sobre todo, de una ausencia casi total de amor y cariño familiar. Con la aparición del impulso sexual adolescente, las fuerzas de Eros y Tánatos actúan sobre el alma confundida de Bruno, quien es un simple y pobre campesino, que además recibirá una educación religiosa y crecerá con el rencor hacia sus compañeros seminaristas, todos con más recursos económicos que él. Si a todo esto añadimos una posible homosexualidad reprimida, tenemos en el personaje de Bruno Reidal todos los ingredientes para fabricar un asesino en serie. Será el espectador el que tenga que decidir cuál de estos elementos mencionados ha sido decisivo para empujar al protagonista al crimen, o si se trata de una mezcla de todos, y sobre todo si Bruno tiene alguna posibilidad de redención. La película se desarrolla con interés y rigor, la voz en off de Bruno nos obliga a identificarnos con sus preocupaciones, y Le Port nos cuenta, además, el marco social en el que se desenvuelve Bruno: cómo los que lo juzgan parecen más interesados en cuántas veces se masturbaba el protagonista que en las razones de sus impulsos homicidas; o cómo Bruno cree que el suicidio es un pecado mayor que el asesinato.