Atormentada

Por Mimaki

- Me preocupa mucho, padre: cuando no se fuma un puro, está
leyendo el Marca.
- ¿incluso ambas cosas a la vez?
- Incluso. Y en ocasiones contrata a una negra para que lo abanique.
- ¿Cuantas veces, hija?
- Demasiadas, padre. Ya no se qué hacer con él.
- La indolencia no es grata a los ojos del Señor y ya se sabe que
la pereza es la madre de todos los vicios.
- Pues aún no le he contado lo peor.
- Cuenta, hija mía. Desahógate.
- A veces lo he visto encerrarse en los servicios con una carpeta llena
de encuestas favorables, y no quiero imaginar lo que hará allí dentro.
- ¿Insinúas que practica el vicio solitario?, ¿tocamientos?,
¿autosatisfacción?.
- Ahora que lo dice, padre, también tiene el vicio de hacer solitarios
en la mesa del despacho, mientras se toca las narices, muy
satisfecho de si mismo.
- Tienes que llevar la carga con resignación cristiana , hija mía,
ofreciendo tu sacrificio al Señor.
- ¿No sería mejor organizar una novena a Santa Rita?
- Imposible hija, imposible.