Atractivas trampas botánicas

Publicado el 17 julio 2013 por Acercaciencia @acercaciencia

Cautivados por aromas y apariencias inofensivas y bellas, los insectos e incluso otros animales pueden caer en sus trampas. Bellos y coloridos monstruos: las majestuosas plantas carnívoras.

Dionaea sp (créditos Zé Carlos Barretta Flickr)

Actualmente, cuando vemos una planta como la que se muestra en la figura (Dionaea sp), la identificamos rápidamente con una planta carnívora, ¿cierto? Pero… ¿cómo se interpretó la biología de estos organismos en la antigüedad? Teóricamente las plantas fotosintetizan y listo, es decir, obtienen sus nutrientes y energía a partir del sol, el suelo, el aire y el agua. Sería muy contradictorio pensarlas como “carnívoras”…

Fue Charles Darwin uno de los investigadores que dedicó mucho tiempo a la observación de estas plantas, particularmente a las especies del género Drosera. Luego de horas y horas de observación del comportamiento de Drosera sp, la cual adhería y luego encerraba a insectos, Darwin pensaba que sus hojas debían estar adaptadas a suplir a la planta de materia nitrogenada. Para demostrar esto, comenzó a realizar experimentos.

Recién en la década de los años 1870 los botánicos pudieron demostrar la existencia de este tipo de plantas, que además de realizar la fotosíntesis, obtienen sus nutrientes a partir de sus presas, que son generalmente insectos. En el año 1875, C. Darwin publicó su libro llamado “Plantas insectívoras” en cual se basó en una ardua investigación de varios años, al observar grupos de hormigas atrapadas por las hojas de una planta. Esta publicación revelaba por primera vez los mecanismos por los que una serie de plantas actuaban secretando líquidos parecidos a los del sistema digestivo animal. Según la bibliografía, Darwin llegó a comentar “a veces pienso que Drosera es un animal disfrazado”.

Créditos Felix-Flickr

¿Hay muchas de estas plantas?

Se conocen alrededor de 650 especies y subespecies que “capturan y digieren“ insectos o protozoos, utilizando algún tipo de trampa o técnica.
Estas plantas no son de fantasía ni de pelis de ciencia ficción. Cuentan con adaptaciones de captura de presas que pueden incluir estructuras especializadas, como las hojas de captura y / o mejoras para atraer presas, o nectarios extra-florales, patrones de pigmentación atractivos, olores, pelos que guían presas, métodos de succión, entre otros.
La más conocida, la “venus atrapamoscas” o Dionaea muscipula, atrae a su presa por un néctar dulce, que hace que su víctima se pose sobre la hoja y al rozar los cilios detectores, se cierra automáticamente. Estas hojas presentan espinas de los bordes que impiden el escape de la presa.

Drosera glanduligera (créditos Poppinga et al. 2012)

Hace aproximadamente un año, un grupo de investigadores de la Universidad de Freiburg, Alemania, publicaron un trabajo revelador sobre una asombrosa estrategia de captura de estas plantas. Se trata de Drosera glanduligera que presenta un sofisticado mecanismo de captura. Las presas son atraídas hacia la planta y al posarse sobre ésta, se activan sus apéndices tipo tentáculos que consecuentemente los catapulta hasta el colector pegajoso central de la planta que los digiere y asimila. Compartimos este video impresionante donde se captan tres eventos distintos de captura en tiempo real.

Los créditos del video corresponden a los autores del trabajo Simon Poppinga et al., 2012, PLOS ONE.

¿En serio se “alimentan” de sus presas?

Lo increíble de estas plantas es su capacidad de obtener los nutrientes necesarios a partir de los animales que capturan. Esta característica les da varias ventajas adaptativas frente a las otras plantas, las cuales dependen exclusivamente de los suelos para obtener sus nutrientes. Por ejemplo, algunas de estas plantas viven sobre suelos muy ácidos (pantanos), donde la descomposición de la materia orgánica es muy lenta y la disponibilidad de nutrientes es sumamente escasa.

Pero… ¿qué tipo de nutrientes “buscan”? Se supone que “buscan” nitrógeno, ya que su deficiencia produce una disminución en el crecimiento de la planta, sin embargo, al existir tantas tipos diferentes de estas plantas , es posible que cada una necesite nutrientes específicos, dependiendo de las deficiencias de los ambientes que ocupan.

Créditos trebol_a Flikr

Algunas de estas plantas producen enzimas digestivas y otras pueden depender de la actividad bacteriana o de otros organismos para llevar a cabo la “digestión” de sus presas. Se han detectado distintos tipos de enzimas del tipo amilasa (cataliza la “ruptura” de los hidratos de carbono mediada por moléculas de agua – hidrólisis -), lipasa (cataliza la hidrólisis de lípidos) y proteasa (cataliza la hidrólisis de proteínas), así como también quitinasas; enzimas que catalizan la hidrólisis de quitina, el componente principal del exosqueleto de artrópodos, y varias otras.

Para terminar, es necesario aclarar que estas plantas, pese a su fama de “carnívoras” y sus bromas populares asociadas, pertenecen al reino vegetal, es decir, realizan fotosíntesis transformando materia inorgánica en materia orgánica, como forma de subsistencia. Solo que además, obtienen nutrientes, sobre todo nitrogenados, a partir de los insectos que capturan.

Mientras que las plantas carnívoras son sumamente peligrosas para algunos animales, son completamente inofensivas para los humanos, es más, podríamos decir que es todo lo contrario. Los hábitats de las plantas carnívoras están siendo destruidos por los seres humanos, están siendo exterminadas por la contaminación de los ambientes e incluso están siendo “cazadas” por coleccionistas.

Fuentes y Bibliografía consultadas:

Growing Carnivorous Plants. Barry A. Rice. 2006

Poppinga S, Hartmeyer SRH, Seidel R, Masselter T, Hartmeyer I, et al. (2012) Catapulting Tentacles in a Sticky Carnivorous Plant. PLoS ONE 7(9): e45735.

The International Carnivorous Plant Society (website)