Atrapado en el tiempo (1993), de harold ramis. la eternidad y un día.

Publicado el 01 febrero 2012 por Miguelmalaga

Hay películas que uno recuerda haber visto, seguramente hace ya bastante años, pero cuando vuelve a visionarlas se encuentra con la sorpresa de lo nuevo, del descubrimiento de elementos insospechados que enriquecen los retazos de recuerdos que quedaban de un tiempo indeterminado. Este es el caso de "Atrapado en el tiempo", una película que parece gustar a todo el mundo, incluidos quienes denostan a Bill Murray, que aquí consigue una actuación muy equilibrada, como merece la tormenta de emociones por las que pasa su personaje.
El guión parte de una premisa sencilla: un hombre cínico y malhumorado vuelve a vivir el mismo día (uno de los más espantosos de su amargada vida) una y otra vez. Phil pasa por todos los estados de ánimo posibles en su viaje hacia ninguna parte: miedo, frustración, enfado, euforia, depresión y aceptación. Con la aceptación, después de un infierno de no sabemos cuantos días similares, el personaje quiere darle un sentido a su existencia a través de la ayuda a los demás: evitando las mismas catástrofes todos los días y ayudando a las mismas personas. Es interesante el diálogo que mantiene con el personaje de Andie McDowell, cuando afirma ser un dios inmortal. En cierto sentido lo es, pero recordando más a aquellos inmortales de Borges, a los que pesaba su condición como una maldición. Lo de Phil es aún más grave, pues su tiempo no es lineal, sino circular. Sísifo también sería alguien adecuado para acompañarle.
Pero nos encontramos ante una comedia norteamericana y el final tiene que ser feliz por fuerza: Phil debe aprender la lección y hacerse más humano para redimirse y cancelar su castigo. Aunque el final sea endeble, el resto de la cinta es muy muy interesante, incluso desde un punto de vista filosófico y muy divertida. Es de agradecer que, a pesar de sus evidentes buenas intenciones, en muchas situaciones se otorgue la razón por completo al punto de vista nihilista de Phil, pero la lección esta clara: el mundo no se puede adaptar a tí, tú tienes que esforzarte en adaptarte al mundo.