Lo bueno de crearlo tú mismo, es que podemos hacerlo de la medida que queramos. Corta la longitud del alambre que quieras y pega con silicona caliente o cualquier otro adhesivo una cuerda gruesa (yo he utilizado la de tender la ropa) Los extremos de este tipo de cuerda, con un mechero se pueden quemar y unir, ya que es pegajoso. (Si tu cuerda no hace esta función, pégala con cualquier pegamento normal)
Tras más de 20 minutos combinando telas e hilos, al final me decidí por esta combinación de verdes, marrones y amarillo palo. El hilo que empleé finalmente fue el hilo mouliné, porque tiene seis hebras y al ser más gordo me costó muy poco tiempo ir enrollándolo en la base que había hecho antes.
Para hacer los empalmes (para cambiar de color) es tan fácil como aplastar el final del hilo del color anterior con el hilo nuevo e ir cubriéndolo con el nuevo, no se nota la diferencia y queda muy bien rematado.
Para hacer la red solo debemos coger los hilos con los mismos colores que empleamos anteriormente, pegarlos en la parte trasera y pegarlos de un lado a otro arbitrariamente.
Y el toque final, son las plumas. Yo las he hecho de una tela muy fina blanca. Primero haremos una plantilla con los diferentes tipos y tamaños de pluma que queramos hacer (Las mías parecen hojas) Luego recortamos dos veces la misma por cada pluma que queramos hacer, pegamos en los dos extremos el hijo encerado blanco, dejando un rabo en la parte de debajo de la pluma. Y quemamos los bordes de la tela uniendo las dos capas.
Finalmente añadiremos; o las plumas unidas unas con otras para crear una cenefa, o las pegamos a una tela que ataremos con un nudo de corbata en distintas partes de la base, como en mi caso.
Y listo, ya lo puedes colgar en la pared o hacerle un enganche con el mismo hilo blanco encerado.
Gracias por leerme y espero haberte sorprendido. Espera una nueva entrada de un tema random del blog el viernes y no te olvides...