Attack the Block, Reino Unido 2011

Publicado el 08 agosto 2011 por Cineinvisible @cineinvisib

Una sesión doble de cine con Super 8 y Attack the Block en cartelera se transforma en el divertido e interesante juego de los siete errores. Ambos directores han trabajado con Spielberg, J. J. Abrams reparando los rollos de super 8 (posible título en homenaje) que Steven Spielberg había realizado en su adolescencia, y Joe Cornish, el director de este primer film, en la escritura del guión de las Aventuras de Tintín, si bien el título es una referencia-homenaje a la producción coreana Attack the gas station.

Ambos recuperan el universo del veterano director como base de sus trabajos. Por desgracia, J. J. Abrams se limita a una correcta copia muy previsible. Joe Cornish va mucho más allá. La práctica del reciclaje no es sólo recomendable sino que es una verdadera tendencia del cine actual. La diferencia es que esta honorable práctica debe servir para crear algo, no para amontonar los restos recuperados sin que éstos sufran transformación alguna.

Los protagonistas de las dos películas son una pandilla de adolescentes. A todos los de Super 8 los adoptarías de inmediato, educados, sensibles y con ojitos de perro abandonado en pleno verano. Sin embargo al grupúsculo de Attack los enviarías de inmediato a un reformatorio, unos quinquis maleducados, insensibles y con ojos de bulldog en pleno ataque de rabia.

La cuadrilla de Super 8 se ve inmersa en medio de la fuga de la tierra de un extraterrestre, tipo araña de Louise Bourgeois, con una nave espacial reciclada (aquí todo el mundo recicla, hasta el extraterrestre) en forma de Torre Eiffel. En Attack the Block, presupuesto obliga, los extraterrestres  vienen a reproducirse y quedarse (lo que nos faltaba), la forma de los aliens es lo que menos importa (¿existe alguien todavía que se crea que cualquier forma de inteligencia, por minúscula que sea, cometería la insensatez de pasar sus vacaciones en nuestro planeta?), lo único que se aprecia de estos monstruos, lógicamente de una inteligencia muy limitada, es una dentadura fluorescente que haría las delicias de cualquier pasta de dientes.

La música de Super 8 es sinfónica, una verdadera partitura que pretender resaltar las emociones de los protagonistas, a base de metales, cuerdas y vientos. Attack the Block cuenta con una banda sonora del rap más actual y ruidoso del momento, que los protagonistas tararean poniéndose hasta las patillas de drogas en los suburbios de la zona sur de Londres de la época actual, mientras que el equipo de Super 8 se acaba la merienda de su bocata de nocilla en el barrio de las madres de Mujeres Desesperadas de 1979.

Salí de Super 8 con la sensación de tener 15 años y de Attack the Block asegurándome que tenía la suerte de no tener 15 años. De la primera, ni frío ni calor, en Attack the Block me reí, y mucho, de las ocurrentes réplicas, las situaciones cercanas a la realidad (¿a quién no se le ha gastado la batería, en este caso el crédito, cuando más lo necesita?), disfrute de la originalidad del pastiche y de algunas excelentes interpretaciones, Nick Frost, Luke Treadaway y, hasta, Jodie Whittaker. Una película muy ingeniosa que puede resultar una bomba en la taquilla. Y es que los tiempos han cambiado mucho. Super 8 llega con 30 años de retraso, Attack the block con uno de adelanto.

Se me olvidaba, la mítica revista francesa Cahiers de cinéma ha dedicado la portada de su último número a Super 8, película no gran sino grandísimo público. Para gustos están los colores. Hecho tan inhabitual como si Fotogramas dedicase su próxima portada a Nader y Simin, una separación. Lo que sería, en mi modesta opinión, mucho más acertado porque esta última película, una verdadera joya del cine invisible, y dentro de poco visible (programada en el próximo Festival de San Sebastián y a finales de septiembre en los cines), distribuida en Francia solamente en VO, en 8 semanas de exhibición ha conseguido la friolera de 800.000 espectadores y todavía sigue en cartel. Lo dicho, los tiempos han cambiado mucho.