Repiquetean todas las campanas
los badajos se excitan cuando muere la nochey el hombre vuelve a pensar en su pan.
Explicarnos esta época, este tránsito,hace llagas en la memoriay el ácido de las discrepancias corroeen la ideología de muchosque comienzan a creer en algún diosal sentirse estafados, manipulados,ya sin tiempo para enjugar tanta lágrima.
Advengo con la terrena certidumbre de que un mundo mejor es posible aunque estemos tocando fondo y ya ni la matemática afirma exactitud
en esta ceguera, alambicada por seducciones,
que distancian de la épica.
Aturde tanta irrelevancia ante la mente,
tanta muerte intelectual, ya en la costumbre de las físicas colaterales—que se esfuman.
Pichy